Durante la presentación del BYD Sealion 7 -el nuevo SUV Coupé de la marca china, que ya hemos probado-, el máximo dirigente de BYD para España y Portugal, Alberto de Aza, analizó la posición de BYD y su futuro inmediato en España, pero también la situación del coche eléctrico en España y en Europa.
De Aza, que fue fichado por BYD desde el Grupo Stellantis a finales del pasado mes de octubre, ha indicado, en declaraciones a la agencia Europa Press, que los coches de su marca sufrirán una "actualización de tarifas" a partir del 1 de enero de 2025. Esta actualización, que ya ha sido “comunicada a los concesionarios" no será excesivamente cuantiosa, ya que De Aza ha señalado que "más en línea con la inflación que con [la subida de] los aranceles".
BYD no abrirá más fábricas en Europa “de momento”
Al respecto de estos últimos, Alberto de Aza ha indicado que la compañía contará "próximamente" con presencia industrial en los cinco continentes y que BYD pretende fabricar sus primeros vehículos en la planta que está construyendo en Szeged, Hungría "antes de finales de 2025".
De Aza ha admitido que, “de momento" la compañía no tiene planes para construir nuevas fábricas en Europa, aunque ha explicado que “si la demanda [por nuestros vehículos en Europa] crece y se justifica, por supuesto que se abrirán otras fábricas", indicando que la posible localización de una futura fábrica estará relacionada con la "competitividad" que sea “capaz de ofrecer” la industria española frente a otros países del norte de África o de Europa del Este.
La normativa europea podría “llevarse por delante alguna planta”
De Aza también ha ofrecido su punto de vista sobre el presente y futuro de la industria europea del automóvil, señalando que la aplicación, a partir del próximo 1 de enero de 2025, de la normativa de emisiones para los fabricantes -la que ya han rechazado Alemania, la patronal europea de fabricantes y hasta otros siete países de la UE- "se podría llevar por delante alguna planta".
De Aza ha señalado, sin embargo, que esta normativa terminará por incrementar la competencia en el segmento de los coches eléctricos, ya que "muchos fabricantes" tradicionales "tendrán que detraer recursos" de la actual tecnología de motores de combustión para inyectarlos en el negocio de la movilidad eléctrica.
Por otro lado, este ejecutivo, con experiencia en Kia o el Grupo Stellantis, señaló que, como ocurriera antes con los fabricantes japoneses y, más tarde, con los coreanos, los fabricantes chinos se instalarán en el mercado europeo y arrebatarán parte de la cuota de ventas a los actuales fabricantes.
"Será fácil que los constructores chinos se hagan con un 10% de cuota de mercado", ha aseverado el directivo, para añadir que, según sus cálculos, afectaría a unos dos millones de vehículos de producción en Europa lo que, a la larga, plantea un "problema industrial importante" para los fabricantes "históricos" europeos.
De Aza hacia referencia a que la llegada de las marcas chinas tendría como consecuencia el posible cierre de varias plantas europeas de producción de coches.
“Europa necesita“ el Plan MOVES
De Aza también ha analizado el momento que viven los coches eléctricos e híbridos enchufables en nuestro país, en el que, a partir del 31 de diciembre y si el Gobierno no lo renueva, el Plan MOVES III dejará de funcionar y de ofrecer subvenciones a la compra de coches eléctricos. De Aza se muestra esperanzado en que el Ejecutivo prorrogue o sustituya el Plan MOVES III por otro similar, ya que "Europa lo necesita".
Se debe “crear un ecosistema que favorezca la transición de la combustión interna a la electrificación", ha comentado este directivo, que señala que el futuro plan deberá ser "más eficiente", con ayudas directas a los compradores, "mucho más operativo" desde el punto de vista de la distribución de fondos y, por último, también "más eficaz".
Por otro lado, De Aza también propone abordar un cambio en la fiscalidad de los vehículos sin emisiones: "la fiscalidad del coche eléctrico necesita soluciones que siempre han tenido la bienvenida del Gobierno, pero que no terminan de aplicarse". Aunque finalmente ha sido más explícito: "hay que atacar la política fiscal, porque es lo correcto y lo que necesita el sector".