En el actual contexto de la movilidad eléctrica, el dominio de China es aplastante. Así lo demuestran hechos como el que dos compañías chinas fabriquen más del 50% de las baterías para coches eléctricos del mundo y el que el principal productor europeo de baterías pueda ser adquirido por una empresa del país asiático.
Por otro lado, la pujanza de las marcas chinas de coches eléctricos va a generar decenas de miles de despidos en empresas de componentes en Europa y en el resto del mundo.
4.600 millones a proyectos de baterías para coches eléctricos y de hidrógeno verde
Ante esta situación, Europa no quiere que China mantenga o incluye aumente su actual posición de dominio. Y, por ello, ha aprobado este martes subvenciones por valor de 4.600 millones de euros destinadas a impulsar las llamadas tecnologías 'limpias', como la fabricación de baterías para vehículos eléctricos o el desarrollo del hidrógeno verde y renovable como combustible.
De esta forma, se invertirán 3.400 millones de euros en dos convocatorias de propuestas para acelerar el despliegue de “tecnologías innovadoras de descarbonización en Europa”, incluidas las baterías para coches eléctricos.
En concreto y en referencia a las baterías para coches eléctricos, el programa IF24Battery de la Comisión Europea fomentará su fabricación con ayudas por valor de 1.000 millones de euros . Y lo hará, en concreto, impulsando aquellas “iniciativas capaces de producir celdas de baterías innovadoras o desplegar técnicas, procesos y tecnologías de fabricación novedosas”.
Pero ojo, porque desde Autonews señalan que, en el marco de este programa, los fabricantes de baterías que basen su desarrollo en componentes fabricados en China corren el riesgo de quedarse fuera de estas ayudas.
Además, según la información de este medio especializado, la Comisión Europea habría señalado que favorecerá a aquellos proyectos que requieran menos ánodos, cátodos y otros materiales procedentes de la industria china.
Por último, Autonews también publica una condición muy importante para que los proyectos puedan optar a las ayudas comunitarias: la transferencia de conocimientos. Y es que las nuevas patentes que se obtengan de los proyectos que logren estas ayudas deberán registrarse obligatoriamente antes los Estados miembros de la UE.
El hidrógeno verde también vetará a China
Por otro, la Comisión Europea también pondrá en marcha la segunda subasta del Banco Europeo del Hidrógeno, dotada con un presupuesto de 1.200 millones de euros y con el objetivo de acelerar la producción de hidrógeno renovable en la UE.
Pero esta subasta incluye ciertos límites a la participación de empresas chinas para evitar el dominio de este país asiático en esta nueva industria.
De esta forma, y según cita un comunicado del Ejecutivo europeo, esta convocatoria apoyará proyectos de hidrógeno renovable "independientemente del sector en el que sea consumido" con una dotación de 1.000 millones de euros, a los que se sumarán otros 200 millones de euros destinados específicamente “para la industria del transporte marítimo”.
Ahora bien, el ejecutivo comunitario ya publicó, a finales del pasado mes de septiembre, las condiciones a las que debían acogerse aquellas empresas o proyectos que quisieran participar en esta subasta. Y varias de ellas atienden, expresamente, a limitar la participación de las compañías del China. ¿El objetivo? Evitar que este país y sus empresas logren fácilmente el dominio mundial del hidrógeno verde, como el que ya ejercen en el negocio de los paneles solares.
De esta forma, los proyectos que opten a estas ayudas europeas podrán contar, como mucho un 25 % de pilas de electrolizadores procedentes de China, un porcentaje que será medido en megavatios eléctricos (MWe). Este requisito incluye tanto “la producción de unidades celulares” de estos electrolizadores como “el montaje de pilas”, señalan textualmente los pliegos de esta subasta.
Y es que desde Bruselas señalan que existe un "riesgo significativo" de que en Europa se genere una dependencia "irreversible" de las importaciones de los electrolizadores fabricados en el país asiático, cuya capacidad de producción supera el 50 % del total de la oferta mundial. De alcanzar esa dependencia, Europa considera que la seguridad del bloque comunitario puede llegar a verse amenazada.
Así las cosas, el pliego de condiciones publicado por la UE no duda en señalar que “para esta naciente industria”, “adoptar medidas especiales está justificado”.