Al tiempo que Cannondale nos cedió la Moterra SL 2 que probamos hace unos días, también nos mandó este bonito casco Trail para que pudiéramos exprimirlo a fondo y contar así las sensaciones extraídas.
Un enfoque Trail, como el que tiene este Hunter, hace que pueda ser utilizado en casi cualquier modalidad del ciclismo...¡y no solo del de montaña! Pero bueno, centrémonos en la montaña que es su hábitat natural.
Cannondale también lo cataloga como un casco para el Gravel y, la verdad, creemos que razón no le falta por lo práctico y cómodo que es.
El Hunter basa su seguridad en una encomiable construcción
El Cannondale Hunter prescinde de sistemas de seguridad accesorios que incrementen tanto el peso como el precio. Nada de MIPS ni cosas por el estilo: nuestro Hunter tiene una cubierta realizada en plástico tipo ABS Inmold fusionada con la estructura EPS del interior. No obstante, existe un Cannondale Hunter con la tecnología MIPS.
Las aberturas de grandes dimensiones que posee hacen que la ventilación sea óptima (algo ideal en un casco tipo Trail que siempre es más masivo en su concepción) y que el peso no se incremente (en nuestra báscula, este Hunter en talla S/M ha pesado 340 g, un buen registro) ya que se crea una corriente con las salidas de ventilación traseras: a baja velocidad, no hemos notado excesivo calor. Veremos qué tal se comporta cuando llegue el verano.
El cierre se realiza mediante una hebilla de tipo clip, cómoda de manejar. Las cintas se ciñen confortáblemente, gracias al sistema de pequeñas hebillas que se cierran con una minúscula tapita.
La estructura interna de cableado se ajusta fácilmente mediante la ruleta trasera, muy cómoda de manipular incluso con guantes.
La estética, aunque no es primordial para protegernos (¡ni mucho menos!), está muy lograda: nos gusta el color azul, muy llamativo, y que la terminación sea en mate queda genial (incorpora algunas pequeñas partes brillantes en azul y en negro). Además, las rayaduras, en terminaciones de este tipo, se notan menos.
Muy cómodo en marcha
Lo que más podemos probar de un casco es la comodidad, ya que no nos vamos a golpear aposta para verificar su correcta protección. Este casco es cómodo de poner y de ajustar, y en marcha no incomoda: se agradece su bajo peso.
Ponernos unas gafas no supone un problema ya que las patillas no tocan con la parte trasera, algo que pasa a veces con estos cascos más prolongados por detrás. Lo que es más difícil (bueno, imposible) es acoplarle las gafas si nos las quitamos: reconocemos que no somos mucho de hacer esa operación ya que nos gusta tenerlas siempre puestas para protegernos los ojos en cualquier momento.
En definitiva, este Cannondale Hunter nos ha parecido un casco muy completo a pesar de carecer de grandes aditamientos tecnológicos: está claro que para ir cómodamente protegido no es necesario llevar ni el último grito en tecnología ni dejarse muchos euros en ello.
Y es que este casco está disponible desde 120 euros (dependiendo del color, puede llegar a los 130), una cifra perfectamente asumible. Más información en: Cannondale Hunter