Quien se haya decidido a adquirir un coche eléctrico tiene ante sí una abundante oferta con modelos de todos los tamaños, formatos y potencias que podrán encajar fácilmente en sus necesidades. Sin embargo, hay dos modelos que destacan sobre el resto por ser los más elegidos a la hora de formalizar la compra. El MG4 y el Tesla Model 3, por diferentes razones, son dos triunfadores que han sabido conquistar el corazón de los clientes. Las razones por lo que ha ocurrido esto, aunque aparentemente son diferentes, en el fondo, son idénticas.
A primera vista, el MG4 y el Tesla Model 3 no tienen prácticamente nada en común. El primero es un compacto de cinco puertas de 4,29 m de largo, y el segundo es una berlina familiar de cuatro puertas mucho más grande, 4,69 m. Su diseño es diametralmente opuesto y también el cliente al que van dirigidos. Pero, que su propulsión sea eléctrica no es la única razón que los une. Cada uno de ellos, a su manera, ha sorprendido a la competencia al ofrecer una excelente relación precio-rendimiento.
En ambos casos, el éxito comercial es indiscutible. En el caso del MG4 porque avanza imparable en Europa con una política de precios que nadie ha podido igualar. En el caso del Tesla Model 3, aunque superado ya por el Model Y en muchos mercados, sigue siendo un éxito de ventas en todo el mundo para ser una berlina, un formato que parece que ya nadie quiere. ¿Cómo logran Tesla y MG unos precios mucho más agresivos que sus rivales?
Producidos en China
Ambos fabricantes ponen sobre la mesa una receta que, en última instancia, es bastante similar. La producción en China explica en gran medida sus precios. A pesar de que el país asiático ha visto aumentar sus salarios a lo largo de los últimos años, aún cuenta con costes laborales mucho más bajos que Europa. Por eso, allí también se fabrica el Dacia Spring, el modelo 100% eléctrico más barato del mercado.
Para MG, esta elección era obvia ya que el fabricante ahora es propiedad de un grupo chino, SAIC. En cambio, para la estadounidense esta decisión puede parecer más controvertida dadas las tensas relaciones entre las dos principales potencias mundiales. Una buena parte de los Model 3 vendidos en Europa proceden de la fábrica de Shanghái, puesto que Berlín se ha dedicado a la producción del Model Y. Las variantes de tracción en las cuatro ruedas, las más caras (Gran Autonomía y Performance), llegan desde Fremont, al otro lado del Atlántico.
Baterías más baratas
Tesla y MG también coinciden en otro aspecto, más técnico, para reducir los costes de estos dos coches eléctricos. En sus versiones de nivel de entrada, utilizan la misma química de batería: litio ferrofosfato (LFP). Si bien los fabricantes europeos todavía no las han implementado en sus modelos (aunque ya anuncian que lo harán), esta tecnología tiene la ventaja de ser mucho menos costosa que la que se encuentra en las baterías ternarias de níquel, cobalto y manganeso (NCM) que se utilizan habitualmente. Prescinden del cobalto, un mineral muy caro con una compleja cadena de suministro. En cuanto a su rendimiento, ofrecen una vida útil más larga sin degradaciones provocadas por las recargas al 100%. Finalmente, también son más seguras al reducir el riesgo de incendio.
Estas ventajas tienen su contrapartida en un inconveniente fundamental: su menor densidad energética. Esto implica que requieren más espacio que las NMC para lograr la misma autonomía. Su entrega de potencia también tiende a retrasarse por lo que no son utilizables en vehículos de alta potencia.
Todas estas razones explican por qué las versiones altas del MG4 y del Model 3 mantienen la química NMC. A pesar de eso, estas variantes superiores también consiguen mantener un precio inferior al de los competidores directos, lo que confirma que la química de la batería no lo es todo.
El proceso de fabricación
Tanto el MG como el Tesla están construidos sobre una plataforma eléctrica dedicada que se oferta con una gama bastante reducida, con pocos niveles de acabado y pocas opciones. Esto contribuye a simplificar la fabricación y, por tanto, a reducir costes. Tesla añade a la fórmula un modelo de distribución único, con pedidos que se realizan únicamente online. En muchas ocasiones, las entregas del Model 3 y del Model Y se ‘encadenan’ al final del trimestre, y las operaciones de mantenimiento se reducen a la mínima expresión más simple. Esto permite tener una red de postventa bastante reducida que permite una importante reducción de costes
Ambas marcas coinciden también en la reducción de costes en los acabados interiores, siendo la calidad de los materiales adoptados inferior a la de sus competidores. Para muchos compradores, esta diferencia no supone un punto fundamental que, además, se compensa con otras cualidades. El MG4 ofrece así un buen rendimiento, un comportamiento agradable y un interior acogedor. Beneficios que también se pueden encontrar desde la versión más básica del Model 3 que además añade una red de carga muy extendida y bien gestionada, que simplifica mucho los viajes de larga distancia.
¿Por qué la competencia no hace lo mismo?
Por ahora, las marcas europeas no han sido capaces de ofrecer la misma relación precio-rendimiento que estos dos modelos. Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis, ha dado la voz de alarma en reiteradas ocasiones sobre los riesgos que supone una llegada masiva de modelos fabricados en China.
Sin embargo, varios fabricantes europeos ya han anunciado que están preparando vehículos eléctricos asequibles dirigidos al mercado de masas. Es el caso de Renault, con su futuro R5 previsto para mediados de 2024, o el de Volkswagen, con su ID.2all para finales de 2025, ambos anunciados por menos de 25.000€. El futuro Citroën ë-C3, que se dará a conocer a finales de año, también debería entrar en este nivel de precios.
En su llegada al mercado se encontrarán con la dura competencia de muchas marcas chinas que ya están desembarcando en el Viejo Continente con la intención de hacerse con este mercado tan importante. Algunas, como es el caso de BYD, lo hacen ofreciendo varios modelos premium con los que buscan ganarse la confianza de los compradores europeos para luego introducir los modelos más económicos.