En Europa ya hace años que se logró estandarizar el conector y el protocolo de recarga para que todos los fabricantes adopten un formato común. El CCS Combo 2 no falta en ninguno de los coches eléctricos actuales y nadie duda de que este será el conector que encontrará en los puntos de recarga públicos, tanto para corriente alterna (monofásica o trifásica) como para corriente continua. Algo similar está ocurriendo con el conector NACS de Tesla en América del Norte.
Dejando de lado por un momento los vehículos eléctricos, hay otra transición de un conector de carga que afecta a todos los consumidores y, por lo tanto, a todos los vehículos (eléctricos y de combustión). Una evolución que llegará a estar presente en todas las consolas y paneles de instrumentos de cada uno de los coches que se fabriquen en el mundo.
El conector universal conocido como Serial Bus-A (un orificio delgado, rectangular y con una lengüeta de plástico intermedia) lleva presente en el interior de los vehículos desde 2006. La actualización al conector USB-C está en curso en todo el mundo desde 2014. Los fabricantes de ordenadores, teléfonos y dispositivos electrónicos han ido migrando poco a poco a él.
Incluso Apple, que se resiste a adoptar hardware electrónico común a otros fabricantes, está haciendo la transición al estándar USB-C en parte para cumplir con la ley europea y también porque las ventajas subyacentes son lógicas y simples: el USB-C es más pequeño, reversible y capaz de entregar mucha más energía y datos.
Hoy en día, es posible trasladar potencias de 240 W a través del él y obtener velocidades de datos de hasta 80 gigabits por segundo, explica Jeff Ravencraft, director de operaciones del USB Implementers Forum, la organización sin ánimo de lucro establecida en 1995 para promover y mantener la tecnología USB. En comparación, los primeros conectores USB-A de 1995 podían transportar 7,5 W y 1,5 megabits de datos por segundo. En consecuencia, los fabricantes de productos electrónicos y el USB Implementers Forum dejaron de desarrollar el USB-A alrededor de 2010.
¿Cómo está de extendida esta transición?
Esta transición también le ha llegado al sector de la automoción, pero los fabricantes están tomando caminos diferentes, al menos por ahora. Toyota, Mercedes-Benz, BMW y Volkswagen apuestan exclusivamente por el nuevo estándar y es el único presente en cada una de sus líneas de modelos. Los que antes los incluían han dejado de hacerlo en la renovación correspondiente. Otros, como Ford, General Motors y Stellantis, han preferido cubrir todos los frentes, ofreciendo puertos USB-A y USB-C en sus vehículos.
Desde el iX de 221, BMW incluye exclusivamente el USB-C mientras que MINI, que pertenece al fabricante alemán, ofrece USB-A y USB-C según el nivel de equipamiento, aunque anuncia que hará la transición completa al USB-C. Según indica Automotive News, un portavoz de la marca asegura que la compatibilidad con un número cada vez mayor de dispositivos, la facilidad de conectividad y mayores tasas de transferencia de datos y carga son las razones que han argumentado para realizar este cambio.
En Toyota, la decisión de hacer la transición exclusivamente a USB-C se produjo en 2019 después de un profundo análisis que estudiaba hacia dónde se dirigía el mercado de la electrónica de consumo, afirma Hal Eubanks, gerente de Tecnología Avanzada de Toyota Motor Norte América. Sus conclusiones afirman que "para fines de 2021, el USB-C, en términos del iPhone de Apple, representaría al 90,4% de los usuarios”. Igualmente, “para usuarios de Android, a finales de 2022, alcanzaría a más del 99%".
¿Alguien piensa en los usuarios?
Pero hay un problema en el que, al parecer, muchos fabricantes no han caído. Un usuario con un teléfono móvil relativamente nuevo, que ya lleva implementado el conector USB-C en el extremo, generalmente cuenta con un cable de carga que en su otro extremo, el del cargador, es todavía USB-A. Por lo tanto se hace necesario un adaptador (USB A a USB-C) y elimina todas las cualidades positivas del nuevo estándar.
Algunos fabricantes han optado por mantener ambos puertos por compatibilidad con versiones anteriores, afirma Sam Abuelsamid, analista principal de Guidehouse Insights. "La gente tiene muchos cables que han ido reuniendo a lo largo de los años. Si tienes algunos cables USB-A, es posible que quieras seguir usándolos por un tiempo". Esta transición será temporal porque “con la próxima generación de modelos, probablemente pasarán solo a los USB-C".