Si hay un fabricante que ahora mismo está en boca de todos, ese es Fisker Automotive. La compañía californiana está viviendo uno de sus mejores momentos, pero no es oro todo lo que reluce. Los últimos resultados financieros, correspondientes al primer tercio del año, han dejado un sabor muy amargo entre los seguidores e inversores de la compañía. Si bien la empresa crece, los números no son tan positivos como se esperaba. No ha quedado más remedio que reevaluar las expectativas para este año y eso provocará que no se fabriquen tantos Ocean como estaban previstos.
Los primeros pasos de un fabricante de coches no son nada sencillos y el propio Henrik Fisker lo sabe bien. Si bien su marca ya lleva más de una década en el mundo, el diseñador danés siempre ha ido demasiado adelantado a su tiempo. El Fisker Karma fue toda una revolución para el mercado. Un eléctrico de rango ampliado que no pudo encontrar su hueco víctima de una dudosa fiabilidad. Si bien hoy sería un producto de lo más normal, en 2011 fue tachado de extravagante y demasiado complicado. Tras este contratiempo, el empeño de Fisker no decayó y ahora vuelve a verse como un protagonista.
El Ocean es el coche que le ha devuelto a la cresta de la ola. Un SUV eléctrico con excelentes datos de rendimiento y un precio realmente atractivo. El Ocean lo tiene todo para triunfar en el mercado y el número de reservas lo confirma. La primera unidad fue entregada hace apenas unos días en Dinamarca y todo el mundo estuvo allí para conmemorar tan especial momento. Hace apenas tres días Fisker inauguró en persona un concesionario en Alemania. Todo eran alegrías y júbilos hasta la celebración de la junta de accionistas que analizaba los resultados del primer trimestre.
Si bien nadie esperaba que los primeros pasos del Ocean dieran un balance positivo, tampoco se esperaba que las cifras fueran tan altas. En los tres primeros meses del año, la compañía ha acumulado pérdidas por valor de 120,6 millones de dólares, un poco menos que hace un año. El problema es que se esperaban 14,4 millones de dólares de ingresos, pero esa cifra se ha quedado bien lejos, apenas 198.000 dólares en tres meses. A pesar de los datos, la compañía no presenta riesgo de quiebra ya que, según su balance financiero, todavía cuentan con 652,5 millones de dólares en la cuenta. Una cifra que ha mermado con respecto a los 736,5 millones que había por estas mismas fechas.
Obviamente el Ocean irá cogiendo velocidad de crucero a medida que las entregas y la producción se aceleren. Con 65.000 reservas confirmadas para el SUV eléctrico, tan sólo un centenar de unidades han sido fabricadas durante los tres primeros meses. El propio Henrik Fisker ha reconocido a la CNBC que todo está dispuesto para acelerar la producción a 55 coches por día a partir de la próxima semana. Las estimaciones indicaban que el 2023 cerraría con una producción cercana a las 43.000 unidades, aunque vistos los resultados del primer trimestre las esperanzas se han recortado hasta las 32.000 unidades (36.000, en el mejor de los casos).
De cara al futuro, el Ocean seguirá siendo el principal producto de la compañía, pero Fisker trabaja rápidamente en su segunda unidad. El Fisker PEAR cada vez está más cerca de ver la luz. Su producción arrancará en 2025 y ya son más de 4.000 las reservas confirmadas. Se trata de un utilitario 100% eléctrico que ofrecerá elevadas cifras de autonomía a un precio muy contenido, por debajo de los 30.000 euros. Todavía son muchos los datos que se desconocen sobre él, pero, de llegar en el formato prometido, es bastante probable que se convertirá en uno de los coches eléctricos más demandados a escala mundial.
