El año 2024 no está siendo precisamente el del despegue de las ventas de coches eléctricos. Más bien todo lo contrario. Desde enero, las ventas se han estancado y muchos, los defensores del coche de combustión, ya proclaman que es el fin de la movilidad eléctrica. Más allá de opiniones partidistas y sesgadas que pretenden acabar con lo que supone un cambio de mentalidad en la posesión y el uso del automóvil, lo cierto es que el escenario hoy por hoy no está siendo muy optimista.
Los llamados ‘early adopters’, aquellos que son pioneros en el uso de una tecnología disruptiva, y los compradores concienciados en proteger el medio ambiente ya han adquirido su propio coche eléctrico. El resto de potenciales compradores están a la espera de que sus beneficios superen a sus desventajas: el precio y la red de recarga. Sin embargo, según el último informe de la organización Transport & Environment (T&E), este escenario no va a continuar así.
Un informe muy esperanzador
Según un análisis de T&E, se estima que los coches eléctricos (vehículos eléctricos de batería) representarán el 24% de las ventas en el mercado automovilístico en 2025, lo que permitirá a los fabricantes seguir en una trayectoria positiva para alcanzar los objetivos de reducción de CO2 establecidos por la UE.
El modelo, que se basa en las ventas del primer semestre del año y en las previsiones futuras, proyecta que los coches eléctricos representarán entre el 20% y el 24% del total de ventas, dependiendo de si las empresas enfocan más sus esfuerzos en híbridos o en vehículos 100% eléctricos.
En este contexto, el análisis sugiere que los nuevos modelos eléctricos de menos de 25.000 €, que llegarán al mercado entre 2024 y 2025, contribuirán significativamente. Según el escenario principal de T&E, se espera que los BEV aporten alrededor del 60% a los objetivos de reducción de CO2.
A pesar de estos cálculos, algunos fabricantes han solicitado a la UE un retraso de dos años en la fecha límite para cumplir con los objetivos de reducción de CO2. Mientras tanto, empresas como Stellantis y el Grupo Volkswagen siguen centrando su estrategia en la reducción de emisiones mediante modelos híbridos, ya que necesitan reducir sus emisiones de CO2 en un 33% y 30%, respectivamente.
Para Isabell Büschel, directora de T&E España, confiar en los modelos híbridos es una "estrategia miope" tanto para el clima como para competir con los BEV chinos. Según el estudio, BMW, que debe reducir sus emisiones en un 18%, Mercedes-Benz en un 17%, y Renault en un 15%, también dependerán de la venta de híbridos enchufables para alcanzar sus objetivos de reducción de CO2.
En el mejor escenario para los eléctricos, fabricantes como KIA no necesitarían recurrir a la venta de híbridos para cumplir con las normativas, mientras que Volvo ya cumple con los requisitos gracias a su alta venta de coches eléctricos.