Volkswagen tiene prisa, la tiene desde hace años. Tras el escándalo del Dieselgate, los alemanes han estado muy preocupados por la imagen que proyectan al mundo. Por ese motivo, fueron de los primeros en abrazar la era eléctrica como una medida para salvar su imagen y la conciencia. Sin embargo, los planes se han ejecutado con excesiva celeridad y los resultados saltan a la vista. Tras analizar el rumbo de la gama ID, Volkswagen quiere cambiar el enfoque, aunque, en lo que a registros se refiere, el segundo trimestre del año ha sido el mejor de la serie histórica.
Con su gran poder y potencial, Volkswagen esperaba situarse como uno de los mayores fabricantes de coches eléctricos del mundo en poco tiempo, pero la situación geopolítica internacional ha echado por tierra sus planes. Tras lanzar el Volkswagen ID.3 en 2020, una época poco propicia, las ventas han ido escalando poco a poco, pero sin llegar a despuntar. El balance de la primera mitad del año deja claro que los alemanes siguen siendo uno de los mayores fabricantes del mundo, pero no en lo que a coches eléctricos se refiere. Entre enero y junio de 2023 han vendido 4.372.200 unidades en todo el mundo, de las cuales más de 321.000 fueron eléctricos.
Si bien la cifra ha crecido un 48% si tenemos en cuenta los datos del mismo periodo del año pasado, la participación de los BEV en el volumen total de la compañía es de un 7,4%. No es un mal registro, pero Volkswagen esperaba más a estas alturas. El segundo trimestre ha sido especialmente positivo en términos de electrificación. Entre marzo y junio se comercializaron 180.600 vehículos de la gama ID, un 53% más que en el mismo tramo del curso anterior. Si se analizan los datos de su mayor competidor, Tesla, se puede apreciar que los americanos han vendido 422.875 coches en los últimos tres meses.
Todo apunta a que Volkswagen no será capaz de superar el millón de unidades vendidas en el año 2023, aunque sí se quedará muy cerca del objetivo. China se ha convertido en el gran escenario mundial del vehículo eléctrico. El país asiático no sólo es el mayor productor del mundo, también el mayor comprador de eléctricos. Según los datos, el primer semestre del año cerró con un total de 9,53 millones de coches vendidos en el país, de los cuales 2.093.000 fueron BEV. BYD es la marca más demandada, por delante de Tesla. Sólo en China, se han vendido más Tesla Model Y que Volkswagen eléctricos a escala mundial.
Si bien, como ya comentamos, Volkswagen puede estar satisfecha de mejorar sus registros, la compañía se muestra muy preocupada sobre el rumbo de su estrategia eléctrica. El problema no reside exclusivamente en la cantidad de coches que venden, sino en las ganancias netas que cada uno de ellos deja en las arcas de la compañía. La rentabilidad de Volkswagen está lejos de ser la deseada y eso ha abierto una brecha en el departamento financiero. Los eléctricos de Wolfsburgo son muy caros, si los comparamos con sus más inmediatos rivales, y en Europa no consiguen despuntar.
Tal es la situación, que han tenido que reducir la producción de uno de sus modelos más vendidos, el Volkswagen ID.4. La fábrica de Emden anunció a mediados del mes pasado un recorte en el volumen de trabajo. Alegando ciclos vacacionales, entre otras excusas, la realidad demuestra que la demanda de coches es tan baja que no se cumplen las expectativas. Pero, Volkswagen no es el único fabricante que no encuentra la receta del éxito. Mercedes se encuentra en una posición muy similar, aunque en ese caso no hay problema con la rentabilidad.