Aunque no se puede decir que Mazda ofrezca la gama eléctrica más llamativa del mercado, de hecho, más bien lo contrario, los japoneses trabajan en una futura electrificación de su familia. Con el MX-30 como único representante 100% eléctrico, los de Fuchü tienen planes ambiciosos y bastante controvertidos de cara a los próximos años. El Mazda MX-5 es un icono en el mundo del motor, uno de los roadster más famosos y vendidos del mundo desde que se presentó al mundo en el año 1989. Su quinta generación mantendrá viva la esencia deportiva, pero introducirá una importante y electrificada novedad.
Ha sido la propia compañía la que ha dado el anuncio oficial, aunque en realidad no es nada nuevo. La idea de un Miata eléctrico o electrificado lleva resonando años. Ya en 2020 salieron a la luz los primeros rumores sobre la electrificación del pequeño deportivo japonés, aunque desde entonces muchas han sido las incógnitas y pocas las certezas. En 2021 se hizo oficial la electrificación de la quinta edición, pero no ha sido hasta ahora cuando hemos podido saber cuándo llegará al mercado esa revolucionaria y controvertida generación NE.
Si vemos el ciclo de vida del MX-5, observamos que, aproximadamente, cada 10 años Mazda renueva una de sus joyas. La última edición se presentó en los mercados en el año 2015, así que basta con hacer una pequeña suma para saber que el próximo se presentará oficialmente en 2025, aunque no será hasta 2026 cuando arranque la etapa de comercialización a escala global. A lo largo de sus más de tres décadas de vida, el Miata ha dejado varios registros impresionantes. En 2016 se produjo la unidad un millón de la historia.
Ahora bien, si bien sabemos que el nuevo MX-5 contará con un propulsor único, Mazda no ha querido aportar muchos detalles de cómo será. Se ha referido exactamente a él con la palabra “electrificación”, lo que abre la puerta a diferentes soluciones: híbrido, híbrido enchufable o eléctrico. Podemos casi descartar la opción PHEV. El Miata es un coche pequeño y ligero, dos términos que se enfrentan directamente con los sistemas híbridos enchufables. Con menos de cuatro metros de longitud, resulta casi imposible instalar un motor térmico, uno eléctrico y la batería que alimente a este.
Eso nos deja con dos alternativas posibles: o híbrido o 100% eléctrico. El formato a baterías también se antoja difícil porque supondría una ruptura total con la herencia, algo que en Japón no está muy bien visto. La vía híbrida se antoja como la más lógica por desarrollo, peso y precio. Sin embargo, si miramos al resto de la familia Mazda, podemos ver que no hay ningún modelo a la venta que cuente con un sistema HEV. Mazda tendrá que desarrollarlo desde cero pensando en unas especificaciones propias para el Miata. Algo nada sencillo de cumplir.
Para mantenerse fiel a su legado, el MX-5 no ofrecerá una potencia a raudales. Ese es gran parte de su éxito. Su concepto se basa en la pura conducción. Potencia media, peso ligero, poca batalla y un cambio de marchas manual absolutamente delicioso. Obviamente, las versiones electrificadas prescindirán de la transmisión manual, a no ser que en Japón se saquen de la manga algún recurso técnico como el que Toyota está preparando para sus eléctricos. A lo largo de los próximos años iremos conociendo más detalles del futuro Mazda MX-5 electrificado, ahora que sabemos que será en 2026 cuando vea la luz.