Sus patinetes y bicicletas eléctricas se han hecho con un hueco en la industria de la movilidad urbana de manera autoritaria, pero la actividad económica de la empresa no ha sido lo suficientemente solvente en estos últimos compases como para asegurar su actividad.
Ahora, tras un período convulso, más aún desde que el pasado mes de septiembre la Bolsa de Nueva York comenzara el proceso de exclusión de negociación de sus acciones, Bird se ha declarado en proceso de quiebra en Estados Unidos. Este proceso iniciado de forma voluntaria afectará, previsiblemente, a su filial europea.
Bird fue la empresa que, realmente, instauró a gran escala el modelo de negocio que luego muchas otras empresas han acabado imitando (y con el que también han acabado fracasando). Su plataforma de vehículos urbanos compartidos, principalmente formada por patinetes y bicicletas, está presente en las ciudades con más actividad del mundo, pero, tras un prometedor inicio, su éxito ha sido efímero.
En el comunicado con el que la empresa ha hecho público que se encuentra en proceso quiebra ha dejado claro que tiene suficiente liquidez como para asegurar la estabilidad de toda su estructura antes y durante todo este procedimiento. Esto incluye, por supuesto, cumplir con las obligaciones contraídas con socios, vendedores, proveedores y empleados.
Según ha detallado la compañía tras acudir al Tribunal del Distrito Sur de Florida para iniciar el procedimiento de quiebra voluntario, actualmente sus activos oscilan entre 100 y 500 millones de dólares, lo que equivale, según el cambio actual, a entre 91 y 456 millones de euros. Un montante entre el que también se sitúan sus deudas.
Michael Washinushi, consejero delegado de Bird, ha declarado que asume el puesto de manera interina, que la empresa se encuentra "avanzando hacia la rentabilidad" y que pretenden "acelerar ese progreso ajustando el tamaño de nuestra estructura de capital a través de esta reestructuración". Tanto durante el proceso de quiebra como después de él, Washinushi continuará ocupando la posición que ostenta dentro de Bird con el apoyo del presidente de la junta directiva.
Tras declararse bajo este proceso, que definen como necesario de cara a la reestructuración de la empresa, la compañía podrá acceder a un fondo previamente pactado con sus inversores, de 23 millones de euros.