La electrificación del transporte por carretera empleando camiones eléctricos alimentados por baterías ha creado algunas dudas sobre su viabilidad, debido a las limitaciones de esta tecnología. Las grandes y pesadas baterías que se necesitan para propulsar estos vehículos crean dos retos a superar. El primero es que su peso puede limitar la carga que puede transportar cada camión. La segunda es que los tiempos de recarga son muy grandes, incompatibles con los tiempos de descanso de los conductores, lo que aumenta los tiempos de inactividad.
Básicamente, estas son las razones por las que muchos defienden el hidrógeno como el principal candidato para la descarbonización del transporte por carretera. Su menor peso y los repostajes rápidos, parecen darle ventaja ante las baterías. Sin embargo, el fabricante de vehículos eléctricos más importante del mundo, Tesla, no está de acuerdo y ya hace unos años que ha apostado por invertir en el desarrollo de un camión que pretende convertirse en un disruptor en este sector.
Precisamente, el gerente del programa del Tesla Semi, Guthrie Gintzler, explicó recientemente a los responsables de la gestión de flotas de varias empresas la importancia de los camiones eléctricos para reducir los costes de propiedad y las emisiones del sector del transporte. Justifica así la gran inversión dedicada al desarrollo del camión y la que ahora están realizando para escalar su producción.
Gintzler se unió a Tesla en 2016 y ascendió rápidamente en la empresa hasta convertirse el año pasado en el máximo responsable del programa del Tesla Semi. Es licenciado en Ingeniería Mánica Aplicada por la Universidad de Pensilvania y en Economía, Finanzas y Administración de Empresas por Wharton. Con la entrega de las primeras unidades del camión eléctrico, Gintzler trata de convences a sus futuros clientes sobre la viabilidad de su propuesta.
En su charla, explicó que la implementación de camiones eléctricos en las flotas de transporte por carretera es fácilmente justificable. Un administrador de una flota de camiones diésel que busca reducir sus costes debe pensar en términos de energía para responder a la cuestión de qué tecnología debe elegir. Su mejor opción para hacerlo es con camiones eléctricos puesto que su coste de propiedad es muy inferior al de los camiones diésel.
Afirma que solo con los 20 principales operadores de flotas de Estados Unidos, que operan una importante cantidad de camiones diésel, se podrían reducir las emisiones en un 2,5%. Aunque estos semirremolques representen alrededor del 1% de los vehículos de este tipo que circulan por las carreteras, son responsables de casi el 40% de las emisiones totales del sector del transporte.
Además, los vehículos particulares se utilizan aproximadamente durante el 5% del tiempo. El resto permanecen parados y aparcados. Sin embargo, los camiones pesados están en marcha tanto como lo permita su conductor, al menos ocho horas al día, sino más. Con un consumo de energía mucho mayor por kilómetro recorrido.
Tesla ha anunciado recientemente una gran inversión en la Gigafactoría de Nevada para construir nuevas líneas de producción para el Tesla Semi. Su objetivo es aumentar la capacidad hasta los 50.000 camiones por año. Gintzler sabe que es una tarea difícil porque requerirá un alto volumen de producción de semirremolques eléctricos de clase 8, que no existe en este momento. Tesla ha entregado hasta ahora algunas decenas de camiones, pero su producción es de bajo volumen puesto que tan solo dedica a ello una pequeña instalación situada al lado de la citada gigafactoría.
