El concepto de alta velocidad lo asociamos habitualmente al ferrocarril y a aquellas líneas que son capaces de alcanzar velocidades de más de 300 km /h en buena parte del trayecto. Trasladado al transporte urbano, la alta velocidad indica que los autobuses disponen de un carril reservado para circular y que, además, tienen preferencia en los semáforos que controlan las intersecciones con otras vías.
En Madrid, la EMT (Empresa Municipal de Transportes) ha puesto en marcha la primera línea de autobuses eléctricos de alta velocidad. Su recorrido une los distritos de Valdebebas y Sanchinarro con el Hospital Ramón y Cajal. En total, el trayecto tiene 31 km que serán atendidos, a partir de mayo de este año, por diez autobuses eléctricos proporcionados por Irizar.
La ruta se considera una línea de alta velocidad, una novedad en Madrid, porque 19 de los 31 kilómetros discurren por un carril exclusivo para autobuses. En sus 68 intersecciones, los autobuses tienen prioridad en los semáforos. Según la EMT, los diez vehículos circularán con una frecuencia de entre 8 y 12 minutos en las horas punta. La línea incluye 19 paradas intermedias en cada sentido además de una terminal final en Valdebebas y otra próxima al hospital Ramón y Cajal. El trayecto se completará en aproximadamente 30 minutos Los vehículos asignados a esta línea han sido especialmente diseñados para discurrir por vías separadas del resto del tráfico con un máximo de 100 viajeros a bordo.
La tecnología en la infraestructura
Los sistemas BRT (Bus Rapid Transit) se han ido implantando en varias ciudades del mundo en ejes urbanos principalmente ubicados en la periferia. Con ellos se crean corredores verdes de transporte de alta capacidad con prioridad semafórica. Existen muchas tipologías de BRT y, en concreto, los ejemplos implantados en Europa se corresponden con servicios de alto nivel o líneas de alta ocupación, como el caso del nuevo bus rápido de Madrid.
Incluye sensores en los semáforos capaces de detectar la aproximación de los autobuses para darles prioridad en las intersecciones. Utiliza una plataforma segregada de los demás carriles de circulación con la peculiaridad de que se prioriza el centro de la calzada siempre que sea posible para evitar los puntos de conflicto con el resto de vehículos. Un total de 12 paradas intermedias disponen de paneles de mensajería variable.
El sistema actúa sobre 68 cruces y 390 detectores encargados de avisar a los dispositivos de la preferencia de paso para los BRT. Cuando una de las 167 espiras embebidas en el pavimento detecta la baliza embarcada en el autobús, se inicia el procedimiento de prioridad del bus. Los más de 12 kilómetros de fibra óptica instalada se encargan de la transmisión de la información y de las imágenes a las diez cámaras del Centro de Gestión de Movilidad, desde donde se controlará el correcto funcionamiento del sistema.
Inicialmente, funciona con una regulación sin prioridad, es decir, asigna tiempos a vehículos y peatones conforme a su programación, igual que en el resto de los cruces de la ciudad. Cuando el autobús se aproxima al cruce, el sensor de aproximación detecta su paso e inicia el proceso de gestión de los tiempos de las fases del cruce, recortándolos si es necesario para dejar vía libre al autobús. Una vez que el autobús ha rebasado el cruce, se inicia la transición a la regulación ordinaria sin prioridad.
El autobús disfrazado de tranvía
La flota que realizará este servicio está formada por diez autobuses totalmente eléctricos del modelo Irizar ieTram, que combina la flexibilidad propia de un autobús urbano con la gran capacidad y facilidad de circulación interior de un tranvía, imitando además su estética.
Los vehículos están provistos de cámaras en lugar de retrovisores, que proyectan sus imágenes en dos pantallas situadas a cada lado del asiento del conductor. Disponen de puertas de entrada y salida por el lateral derecho y una puerta delantera de acceso de una sola hoja. Esta línea dispondrá de un sistema de venta previa de billetes sencillos en marquesina que solo admite dinero en efectivo, de manera que el conductor no tendrá que intervenir y así se reducirán los tiempos de trayecto.
La EMT totalmente eléctrica
La EMT encargó el año pasado 150 autobuses eléctricos, 90 de ellos al fabricante español Irizar y 60 a Solaris. Sumando este pedido, a partir de mayo de 2022, dispondrá de 329 vehículos eléctricos disponibles en su flota. El objetivo de la EMT es operar una flota de autobuses completamente libre de emisiones a partir de 2033.
En enero de 2023 eliminó el último de sus autobuses diésel, de manera que actualmente cuenta únicamente con autobuses alimentados por GNC y 100% eléctricos. El siguiente objetivo del consistorio madrileño será presentar una flota enteramente eléctrica y con pila de combustible de hidrógeno.
Hace casi tres años, la EMT inauguró las primeras líneas de autobús íntegramente eléctricas. La reconversión completa se enmarca en la estrategia de sostenibilidad ambiental Madrid 360, una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Madrid junto con la EMT para fomentar el uso del transporte público. Con ella, la capital española se ha marcado altos objetivos de sostenibilidad, entre los que se encuentra la reconversión completa de la flota de autobuses de la EMT.
Según el consistorio, esta nueva línea supondrá un ahorro acumulado de más de 700.000 kilómetros anuales en aquellos desplazamientos que normalmente se realizan en coche particular, además de una reducción en emisiones de unas 125 toneladas de CO2 y de cerca de 200 toneladas de NOx.
El Ayuntamiento de Madrid ha invertido 23 millones de euros en esta línea que se reparten entre la adquisición de los autobuses eléctricos y las obras viales para instalar el BRT. La inversión en autobuses es de 5,3 millones de euros sin IVA, de los cuales 2 millones proceden de los fondos europeos Next Generation, canalizados a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Para la construcción de la plataforma segregada se ha dispuesto un presupuesto de 12,8 millones de euros, de los que 4 millones, IVA incluido, irán destinados a la semaforización.