Los sistemas de ayudas a la conducción tales como el control de crucero adaptativo, el reconocimiento de señales y líneas de la carretera o el sistema de mantenimiento en el carril llevan ya unos cuantos años en el mercado, cada vez son más frecuentes incluso en coches compactos y urbanos y pueden considerarse el primer paso hacia una conducción autónoma. Esta es la dirección en la que apuntan muchos fabricantes a la hora de desarrollar estos u otros sistemas similares, y un tema recurrente en cada nuevo prototipo: «capacidad de conducción autónoma total». Pero en la práctica, según Toyota, ningún fabricante está ni siquiera cerca de la conducción autónoma Nivel 5.
En una entrevista concedida al Newcastle Herald, el director ejecutivo de la división de investigación y desarrollo de Toyota, James Kuffner, dijo que ningún fabricante de coches ni compañía tecnológica está cerca de implementar sistemas de conducción autónoma Nivel 5 (el más alto y que supondría una automatización total). No obstante, Toyota reconoce al mismo tiempo que los coches autónomos desempeñarán un papel importante en el futuro de la industria automovilística.
James Kuffner formó parte del equipo de Google que ayudó a desarrollar sus sistemas de conducción autónomos y ahora está a cargo del Instituto de Investigación Toyota. El fabricante japonés planea presentar su sistema de conducción autónoma Nivel 2 el próximo año, el cual será capaz de controlar un vehículo sin intervención humana «desde la entrada hasta la salida» de la autopista, con «capacidad de fusionarse en el tráfico».
Para Kuffner, el problema reside en las limitaciones de la tecnología. Según el directivo, a la hora de desarrollar estos sistemas «de repente te encuentras añadiendo restricciones», es decir, limitando su funcionamiento a buenas condiciones climáticas; hasta una cierta velocidad; con no demasiado tráfico; o cercado geográficamente. Dicho de otra manera: la tecnología existe, pero todavía queda mucho para pulirla y perfeccionarla.
Kuffner aseguró que podrían lanzar un sistema así hoy mismo, pero entonces la pregunta sería hasta qué punto se está limitando la tecnología y si ello estaría proporcionando un buen valor al coche o a la marca. El directivo de la firma añadió que las «promesas excesivas» de algunos fabricantes con los sistemas de conducción autónoma (o semi-autónoma) han podido distorsionar la percepción de la gente con estas tecnologías, reconociendo que tal exceso de promesas a veces les perjudica. «Desafortunadamente, no es tan difícil hacer una demostración, pero no está cerca de ser un producto. Es muy difícil vender un producto a un cliente. Intentamos dejar que nuestros productos hablen por sí mismos. (...) El exceso de promesas de otra gente a veces nos perjudica, pero seguiremos trabajando y creemos que esta tecnología tendrá un gran impacto».