La realidad ha chocado con las previsiones. Europa quiere convertirse en la primera región del mundo en liberar de emisiones al tráfico por carretera. Una hazaña complicada que requiere de varios participantes, desde los propios políticos a las marcas, pasando por el actor principal; los clientes. Entre todos deben darse las circunstancias ideales para que el coche eléctrico se convierta en la alternativa única que plantean desde Bruselas. Sin embargo, las estimaciones no se están cumpliendo. Los planes van muy retrasados y las marcas están intentando ajustarse a la demanda del mercado. Tardaremos más de lo esperado en ver un mercado 100% eléctrico, pero los fabricantes tienen que seguir con el trabajo. No les queda otra.
En 2021 el presidente de Mercedes, Ola Kallenius, anunció a bombo y platillo que su marca, en 2030, sólo vendería coches eléctricos. La realidad dice que no va a ser así. Los alemanes ya han reconocido que no están en disposición de cumplir con su propia promesa. Para 2030 esperan que al menos el 50% de las ventas sean eléctricas. A pesar de ello, la estrategia de Mercedes parece ahora más lógica de lo que nunca ha sido. El propio Kallenius ha reconocido a Autocar que su empresa está en disposición de ofrecer una versátil gama mecánica gracias a sus nuevas plataformas. “La empresa está preparada para invertir y desarrollar diferentes arquitecturas para modelos de combustión y eléctricos, siempre que haya suficiente demanda”.
Mercedes apostará por los segmentos intermedios con la plataforma MB.EA
En los próximos años Mercedes va a emplear un total de cuatro plataformas, pensadas para coches eléctricos, pero también adaptables a vehículos térmicos o parcialmente electrificados. Esas plataformas son: MMA (Mercedes Modular Architecture), MB.EA (Mercedes-Benz Electric Architecture), AMG.EA (AMG Electric Architecture) y VAN.EA (VAN Electric Architecture). La primera de ellas la veremos el próximo año. El nuevo CLA tendrá el privilegio de estrenarla. Mercedes la considera como su “lujo de entrada” y se empleará en los modelos de acceso a la flota.
Las arquitecturas AMG.EA y VAN.EA serán para deportivos desarrollados en Sindelfingen, la primera, y para furgonetas, vehículos industriales y la nueva Mercedes EQV que pronto conoceremos. El resto de la familia, la mayor parte de la gama de Mercedes empleará la plataforma MB.EA. Será la columna vertebral sobre la que pivote la estrategia a corto y medio plazo de la marca alemana. Los datos relativos a ella son todavía escasos. Hay previsiones, para ninguna certeza. Lo que ahora ya hemos podido saber es qué coches serán los primeros en disfrutarla. Mercedes pretende copiar a sus rivales de BMW y sus planes para la plataforma Neue Klasse.
Al igual que en Múnich, en Stuttgart se han dado cuenta que lo más sensato es empezar la casa por sus cimientos. Serán los futuros GLC y Clase C los primeros modelos de la casa en usar la nueva plataforma MB.EA. Un SUV y una berlina de tamaño medio que tratarán de plantar cara a los nuevos BMW iX3 y BMW i3 (berlina). A su vez, los alemanes centran el tiro en los segmentos que más éxitos están proporcionando a Tesla. Los Model 3 y Model Y son, de largo, los coches eléctricos más populares del mundo y es a ellos a los que hay que atacar. Las fechas indican que la plataforma MB.Ea será presentada en 2026. Primero se lanzará en el Clase C y luego en el GLC, el Mercedes más vendido del momento.