Como muchos otros aspectos de la vida, las marcas se la juegan con muchos de los coches que lanzan al mercado. El éxito nunca está garantizado y es mucho el dinero que hay en juego. Desarrollar un coche desde cero es extremadamente caro. Hablamos de varios miles de millones de euros en materiales, mano de obra, desarrollos, pruebas y cientos de detalles que marcan la diferencia. Ese coste debe verse compensado con las ganancias, pero cuando las cifras no están claras los proyectos se cancelan. Eso es lo que le ha pasado al coche eléctrico más extraordinario que BMW iba a fabricar. Toca despedirse de él incluso antes de verlo.
Según un artículo publicado en la web especializada BMWBlog, hemos estado más cerca de lo que imaginábamos de poder disfrutar de un superdeportivo eléctrico firmado por BMW. Hace unos años, cuando el mercado de los coches eléctricos estaba en pleno auge y el panorama era muy diferente al actual, un equipo de directivos de BMW se planteó la idea de crear un coche deportivo ultramoderno. Un coche capaz de recuperar la esencia del clásico M1, pero adaptado al mundo actual. Con sus motores eléctricos y su batería de alto rendimiento, al estilo del BMW Vision M Next Concept de 2019. Los trabajos estaban mucho más avanzados de lo que imaginábamos.
Muchas dudas sobre la viabilidad económica y técnica
Tal y como detalla la fuente, las cifras del proyecto eran realmente emocionantes. Se habla de un “superdeportivo elegante y electrificante con unos 1.300 caballos de potencia”. Casi 1.000 kW eléctricos. “El diseño era deportivo, atrevido e inequívocamente futurista”. Sin embargo, el modelo de arcilla, que ya se había fabricado, probablemente no verá la luz en un futuro próximo: las dudas sobre su viabilidad técnica y, sobre todo, sobre su rentabilidad en el difícil mercado de los vehículos eléctricos han llevado al Consejo de Administración de BMW a detener el proyecto a lo largo de este año. Sí que sigue adelante el desarrollo del primer M eléctrico y esta misma semana hemos tenido evidencias de ello.
A esta decisión puede haber contribuido el hecho de que, tradicionalmente, los superdeportivos no han desempeñado un papel importante en BMW. Solo el BMW M1 de finales de los años 70 es una excepción, aunque el deportivo no se convirtió en un objeto de culto hasta más tarde. En su corto ciclo de vida, apenas tres años, el M1 tuvo problemas para encontrar suficientes compradores. Con el i8 el caso fue muy similar. Un BMW revolucionario con su sistema híbrido enchufable con motor de tres cilindros. El aspecto era sensacional, pero sus cifras nunca llegaron a impresionar a los compradores. La dirección alemana no quería que esto volviese a pasar, mucho menos en el periodo de crisis que atraviesa la industria en Europa.
BMW se centrará en los coches eléctricos y el próximo año lo veremos y tocaremos. El 2025 está marcado en rojo desde hace varios cursos. Será el año en el que los alemanes lancen al mercado su nueva generación de coches eléctricos basados en la plataforma Neue Klasse. Las novedades comenzarán pronto, durante el primer trimestre del curso el primer modelo basado en la estructura. El iX3 tendrá el honor de estrenarla y poco después hará lo mismo el nuevo BMW i3 convertido en berlina. De esta forma BMW quiere atacar los principales segmentos eléctricos liderados por Tesla y sus Model 3 y Model Y. Obviamente no debemos esperar los mismos precios, pero sí características similares o incluso superiores.