Todo el mundo ha asumido que el coche eléctrico es el mejor aliado para la movilidad sostenible. Sin embargo, muchos conductores todavía no pueden acceder a su primer coche de baterías por su elevado precio de venta. Durante años, esta ha sido la excusa más repetida por todos, pero dentro de poco ya no podrán acogerse a ella. Un estudio americano demuestra que las tarifas de los coches eléctricos han bajado considerablemente en el último año. Un descenso que tiene varios motivos y un actor principal.
La consultora Kelley Blue Book es una de las más importantes en Norteamérica. Especializada en la investigación del sector de la automoción, todos los años ofrece un detallado análisis de la salud del mercado automovilístico. A lo largo de los últimos cursos, sus expertos han revisado diversos factores del sector eléctrico, prestando especial atención al precio. Este año hay varias razones para estar contentos, la primera de ellas es la expansión de la oferta y de las ventas. No es ningún secreto, cada vez hay más coches eléctricos en la calle.
Ahora bien, la percepción es que siguen siendo caros. ¿Es correcta esa impresión? Si lo comparamos con un coche de combustión similar, sí, los modelos impulsados por baterías son varios miles de euros más caros. Pero, poco a poco, la brecha se va recortando. La ansiada paridad de costes es uno de los temas de conversación más comentados en los despachos de las empresas. Cada casa tiene su propia visión del tema. Ford, el mayor fabricante de Estados Unidos, no cree que las tarifas se igualen hasta 2030, o incluso más tarde. Luca de Meo, CEO de Renault, tiene una mentalidad similar, aunque el directivo francés no se atreve a pronosticar una fecha concreta.
En otras marcas, la mentalidad es más positiva. Volvo, por ejemplo, cree que está en situación de equilibrar la balanza en 2025. Su CEO, Jim Rowal, es optimista al respecto, puede que demasiado. Sin embargo, hay un fabricante que está haciendo más que nadie por acercar la movilidad eléctrica al gran público, Tesla. A principios de año, Elon Musk dio comienzo a la tercera fase de su plan maestro. Una etapa que se basa principalmente en reducir los precios para aumentar las ventas. Los drásticos recortes de la gama han provocado un seísmo en la industria y, hoy por hoy, son el fabricante a batir, tanto por volumen como por tarifas.
Dado que se venden más Teslas que nunca, los analistas de Kelley Blue Book han observado que la transacción media de un coche eléctrico nuevo en mayo de 2023 ha sido de 55.488 dólares. Son casi 158 dólares más que en el mes anterior, pero las noticias más esperanzadoras llegan si hacemos la comparativa con el 2022. En mayo del año anterior el coste medio de un coche eléctrico nuevo era 9.370 dólares más caro. Los expertos han determinado que el mes de junio del 2022 se alcanzó el punto máximo en cuanto a precios, pero desde entonces han caído significativamente. ¿A qué se debe este drástico recorte?
Principalmente, a que Tesla ha aumentado sus ventas a la par que ha reducido los precios, pero también hay más motivos. El coste de las baterías sigue bajando, la oferta de modelos y marcas ha crecido y las exenciones fiscales fijadas por el Gobierno de Joe Biden han surtido efecto. Todo ello está provocando un escenario de rebajas, pero todavía queda mucho por hacer, no sólo en Estados Unidos, también en Europa. China es el mayor mercado del mundo en lo relativo al coche eléctrico. La agresiva transformación del parque de vehículos es el claro ejemplo de que cuando los precios se vuelven más populares los conductores compran.