La llamanda "ansiedad por la autonomía" es un tema recurrente aún a día de hoy, cuando ya existen coches eléctricos con muy buena autonomía. Esa ansiedad hace que estemos mirando constantemente cuánta batería dice el coche que nos queda antes de quedarnos parados. Unos coches son más precisos que otros y Tesla acaba de publicar qué parámetros tiene en cuenta exactamente para calcular la autonomía restante que muestra la pantalla de sus coches.
A la hora de viajar con un coche eléctrico, tan importante es una buena infraestructura de recarga como tener un ordenador de a bordo que indique la autonomía restante de manera precisa.
Hasta hace no mucho, los coches la calculaban teniendo en cuenta el consumo medio y el combustible que hay en el depósito. Un cálculo sencillo.
Conforme la tecnología ha ido avanzando, esto ha cambiado. Los coches ahora tienen (por lo general) un software complejísimo y la mayoría están conectados a la nube, es decir, a Internet. Esto permite hacer cálculos mucho más precisos del consumo y la autonomía en función de la ruta y otros factores.
En el caso de los Tesla, si pones un destino en el navegador, el coche te dice con qué porcentaje de carga llegarás al destino y cuándo y dónde tienes que parar a cargar en caso de que lo necesites. Es uno de los planificadores de ruta más sofisticados en la industria y todavía a día de hoy muchos no consiguen igualarlo.
Aun así, la autonomía real suele ser un poco menor a la estimada. Tesla ha ido añadiendo con los años diferentes mejoras en el cálculo. Ahora, la marca estadounidense ha publicado en un post en la red social X (antes Twitter) todos los factores que tiene en cuenta para calcular la predicción de la autonomía en cada vehículo concreto en un viaje específico. Son los siguientes:
- Velocidad y dirección del viento.
- Elevación/pendiente.
- Velocidad del tráfico.
- Aceleración/desaceleración promedio.
- Temperatura ambiente.
- Humedad y presión ambiental.
- Carga térmica y nubosidad.
- Carga de batería inicial.
- Temperatura inicial de la batería.
- Peso bruto total del vehículo.
- Resistencia a la rodadura.
- Coeficiente de resistencia aerodinámica.
- Consumo del climatizador.
- Consumo de energía específico del vehículo (portabicicletas, portaesquís, etcétera).
- Preacondicionamiento de la batería.
Todo esto es posible, primero, gracias a un software tremendamente avanzado, y, segundo, a los datos recogidos en la nube (por ejemplo, para saber la densidad del tráfico). Para tener en cuenta todo esto hace falta introducir el destino en el navegador. Si hicieses el mismo viaje sin poner la ruta en el navegador, la autonomía se iría calculando al momento, en función de la conducción.
¿Miente Tesla y el resto de fabricantes con las autonomías?
Los detractores del vehículo eléctrico suelen decir que los fabricantes mienten con las autonomías. No es ningún engaño: la autonomía homologada es un dato obtenido a partir de un proceso estandarizado, igual para todo el mundo, en un laboratorio. Como no replica unas condiciones realistas, los consumos y autonomías en el mundo luego son mayores y menores, respectivamente, que las que se consiguen en el laboratorio. Dicho de otra manera, la culpa es del examen, no de los que se examinan.
El estándar WLTP (las siglas en inglés de Procedimiento de prueba de vehículos ligeros armonizado a nivel mundial) es el que es, pero lo bueno es que es igual para todo el mundo. Aunque nos ayuda de referencia, el mundo real es donde se demuestra de verdad qué coches son los más eficientes.
Cosa distinta es la autonomía mostrada en el ordenador de cada coche. Aquí depende de dos cosas fundamentalmente: el consumo de cada conductor y el software de cálculo del vehículo en cuestión. En este sentido, la mayoría de coches suelen pecar de exceso de optimismo, es decir, muestran una autonomía ligeramente mayor de la que puedes hacer realmente. Aunque ojo, porque también hay casos de exceso de prudencia que marcan menos de lo que realmente puedes hacer antes de tener que recargar.