Elon Musk se ha transformado en una de las figuras más mediáticas del mundo. El empresario americano ha logrado el éxito en todas y cada una de sus empresas y está considerado por muchos como uno de los magnates más visionarios de este siglo. En su haber figuran empresas de la talla de Tesla, SpaceX o PayPal o Twitter, ahora rebautizada como X. Sin embargo, su patio de recreo particular es The Boring Company, una empresa de lo más especial y disruptiva que se aprovecha de las locas ideas de su presidente. Sus proyectos son una auténtica locura.
Desde un lanzallamas a túneles que emplean coches de Tesla para desplazar a clientes entre diversas estaciones o puntos. Sin duda alguna, este último es el proyecto más ambicioso en el que se ha embarcado la compañía. La idea es en sí misma bastante sencilla. Crear una red de túneles que comuniquen varios escenarios importantes de una ciudad. Dentro de los túneles circulan vehículos autónomos capaces de dejar a los clientes en sus destinos sin atascos y con toda la comodidad del mundo. La ciudad de Las Vegas es la única en la que está disponible.
Túneles de entorno controlado donde no funciona la conducción autónoma de Tesla
El Loop de Las Vegas lleva años operativo. Por el momento están disponibles tres estaciones que unen diferentes hoteles de la ciudad con el centro de convenciones. El esquema original del proyecto contemplaba 93 estaciones y más de 100 kilómetros de túneles. La idea se vendió como un sistema de transporte autónomo, pero hoy, dos años después los Tesla que circulan por la red de túneles todavía están operados por conductores humanos y corrientes. Muchos se preguntan cuál puede ser el problema. Elon Musk prometió la conducción autónoma, pero no es capaz de ofrecerla ni siquiera en túneles con un sólo carril.
Supuestamente, The Boring Company ofrece el ecosistema ideal para desarrollar la conducción autónoma. Un espacio cerrado y delimitado estándar que no tiene que preocuparse ni de las inclemencias meteorológicas ni de las alteraciones del tráfico. En teoría, debería ser muy sencillo implementar la conducción autónoma, pero nadie en el entorno del proyecto se atreve a lanzar la pregunta. Tesla lleva años prometiendo, de boca de Elon Musk, la conducción autónoma. Las últimas declaraciones del empresario desvelan, una vez más, que el próximo año será el año definitivo para su presentación en sociedad. El Robotaxi jugará un papel fundamental en ello, aunque su presentación se ha retrasado un par de meses.
Cabe la pena recordar que Tesla basa su sistema de conducción autónoma en un intrincado conjunto de cámaras que, según la empresa, les permite ofrecer altos grados de asistencia a la conducción en cualquier entorno. Por contra, Waymo, una de las empresas más destacadas en el campo de la conducción autónoma, emplea sistemas de geolocalización combinados con cámaras, radares y sensores de última generación. Esto quiere decir que el formato de Tesla tiene una mejor adaptación al entorno, mientras que Waymo está más limitada en el caso de que la vía altere su estado natural por cualquier motivo, ya sea por una obra o por una modificación de su planificación.