A sólo unos días de la votación para aprobar los aranceles definitivos a los coches eléctricos chinos, la situación de la industria automovilística en Europa atraviesa momentos delicados. Un ejemplo más lo tenemos en Italia, que acaba de retirar las ayudas que, en principio, iba a destinar a Stellantis y Mercedes para levantar una fábrica de baterías.
Reasignación de fondos, aunque con posibilidad de volver a negociar
El proyecto conjunto entre Stellantis, Mercedes-Benz y TotalEnergies a través de la compañía Automotive Cells Company (ACC) para construir una planta de baterías en Termoli, Italia, ha sufrido un revés significativo. El gobierno italiano ha reasignado los 200 millones de euros de fondos que iban dirigidos a dicho proyecto, aunque ha señalado que ACC podría reanudar las discusiones para un nuevo plan de financiación en 2025 si presenta una propuesta viable para baterías más asequibles.
El ambicioso proyecto de ACC para construir tres gigafábricas de baterías en Europa, con una inversión prevista de 7.000 millones de euros, se ha visto afectado por una desaceleración en la demanda de vehículos eléctricos en el continente. La planta italiana, junto con la de Kaiserslautern en Alemania, se retrasará mientras ACC busca desarrollar baterías de menor coste que se ajusten mejor a la demanda actual.
Como respuesta a estos retrasos, el gobierno italiano ha decidido reasignar los 200 millones de euros que originalmente estaban destinados a la fábrica de baterías en Termoli y los destinará a otras iniciativas de energías verdes y proyectos de transición energética.
El CEO de ACC, Yann Vincent, dijo que la empresa reanudará las discusiones sobre los posibles planes de financiación con el gobierno italiano en la primera mitad del próximo año. "Entiendo la decisión de Italia de asignar los fondos de manera diferente en este momento", dijo Vincent. "Si volvemos a vernos el año que viene con un proyecto para una batería más barata que funcione, para la que tenemos clientes, tendremos la confirmación de que el estado italiano nos ayudará".
Italia respalda los aranceles a los eléctricos chinos
De manera paralela, el gobierno italiano ha manifestado su apoyo a los aranceles propuestos por la Unión Europea a los vehículos eléctricos chinos.
Según el ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, estos aranceles buscan proteger la competitividad de las empresas europeas en un momento en que el mercado se ve inundado por vehículos eléctricos chinos a precios muy competitivos, en parte debido a las subvenciones estatales que reciben los fabricantes chinos.
Sin embargo, la medida ha generado tensiones con China. Wang Wentao, ministro de Comercio de China, expresó su preocupación por la situación actual. "La investigación de la UE sobre los vehículos eléctricos chinos ha afectado seriamente la confianza de las empresas automotrices chinas para invertir en Italia, lo que no favorece los intereses a largo plazo de Italia", dijo Wang. A pesar de los esfuerzos por atraer a fabricantes chinos como Dongfeng y Chery Auto, el conflicto comercial podría dificultar el flujo de inversiones chinas en la industria automotriz italiana.
El próximo 25 de septiembre, los 27 países de la UE votarán sobre los aranceles definitivos, que podrían alcanzar hasta un 35,3% sobre los vehículos eléctricos fabricados en China, además del arancel estándar del 10% que ya impone la UE a la importación de automóviles extranjeros.
Los aranceles se implementarán a fines de octubre a menos que una mayoría de 15 miembros de la UE que representen al 65 por ciento de la población de la UE vote en contra de dichos gravámenes.
Aunque Italia apoyó inicialmente la propuesta, el ministro de Industria, Adolfo Urso, ha manifestado su deseo de encontrar una solución negociada para evitar una guerra comercial que podría perjudicar a ambas partes.