Rebeldía en Knaresborough: vecinos se oponen a la expansión del coche eléctrico

Expulsar a los coches eléctricos parece que está de moda en un pueblo inglés. Al parecer, esta tecnología ha provocado una marcha atrás en la calidad de vida de la población.

Un pueblo pretende expulsar a los coches eléctricos de la localidad al reducirse el número de plazas para automóviles convencionales.
Un pueblo pretende expulsar a los coches eléctricos de la localidad al reducirse el número de plazas para automóviles convencionales.
16/08/2023 12:46
Actualizado a 16/08/2023 12:46

El concepto del coche eléctrico tiene por objeto una reducción de las emisiones contaminantes, principalmente, en el ámbito urbano. Desde hace un tiempo, sin embargo, hay una localidad en Inglaterra que se ha vuelto completamente contraria a esta tecnología. De hecho, una nueva teoría apunta a que la apuesta por esta tecnología podría incrementar, de hecho, las emisiones contaminantes del municipio. Al parecer, una medida del consistorio es lo que ha provocado el rechazo en masa a los vehículos sin tubo de escape. 

Veamos, por tanto, cuáles son los motivos que esgrimen los vecinos para no querer el desarrollo del coche eléctrico en la localidad, por qué se trata de un problema que puede tener efectos contraproducentes en determinados lugares y, por supuesto, hasta qué punto esto es algo que podría trasladarse a otros entornos urbanos a lo largo de los próximos años. En Knaresborough, el vecindario ya está en conversaciones para acabar con el problema creado por el propio consistorio

Las plazas reservadas para coches eléctricos como eje principal del problema

Ante el impulso del coche eléctrico en las grandes ciudades, la población inglesa de Knaresborough decidió, a través de los medios políticos, poner su granito de arena. La medida estrella fue incorporar en la vía pública una serie de cargadores públicos y, adicionalmente, toda una serie de plazas de aparcamientos reservadas a vehículos con esta tecnología. Teniendo en cuenta que se situaban en áreas estratégicas, todo se ha convertido en un caos. 

Tal es el problema que se ha creado que los vehículos con motores de combustión interna tienen que pasarse más tiempo en búsqueda de aparcamiento en el casco urbano. Del mismo modo, muchos de ellos terminan por estacionar en otros lugares, con todo lo que ello implica a nivel económico. Los comercios de alrededor están viendo cómo la caja se ha reducido desde la instalación de las plazas de aparcamiento reservadas. El problema parece que se ha incrementado en las últimas semanas, por lo que se está pidiendo la revocación de la decisión. 

Casi un año después de la inclusión de esta medida aparentemente sostenible, el municipio de 15.000 habitantes parece que no tiene pensado seguir adelante con este proceso de electrificación. La polémica está servida y, sin duda alguna, puede servir como precedente para ver cuáles pueden ser las consecuencias de una planificación copiada de ciudades con una tipografía urbana muy distinta. Knaresborough, de acuerdo con la información de Express, es el fiel reflejo de que el coche eléctrico no puede tener el mismo encaje en todos los sitios. 

Cabe destacar, al mismo tiempo, que la densidad de coches eléctricos en esta localidad es muy pequeña en comparación con las opciones con motor térmico. Voces próximas al consistorio afirman que apenas hay unas pocas decenas de huecos libres para ser usados exclusivamente por coches eléctricos. De hecho, se ha afirmado que solo representan en torno al 3% del total de espacios disponibles en su correspondiente jurisdicción. ¿Estamos ante un problema extrapolable a otras poblaciones o es este un caso aislado?

Sobre la firma
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Óscar Almarza

Óscar es graduado en Economía por la Universidad de Valencia y es redactor en medios de motor desde hace 10 años. Destaca su paso por Freno Motor y por Urban Tecno, blog de tecnología y movilidad de Mundo Deportivo. Apasionado de los coches desde que tiene uso de razón, está convencido de que la movilidad eléctrica es posible y necesaria.