En pocos años, BYD ha pasado de ser una total desconocida a ser uno de los más grandes fabricantes del sector de la automoción. Aunque mucha gente no lo sabe, BYD se encarga de producir casi el 75% de los teléfonos móviles que hay en el mundo, sacando un músculo productivo imposible de igualar por sus rivales. Esa hegemonía quiere ahora exportarla a su sección de automóviles. El nombre BYD (Build Your Dreams) empieza a sonar con cada vez más fuerza en muchos mercados. Sus ventas se han disparado, aunque la rentabilidad sigue siendo baja. Al menos así lo aseguran los expertos, aunque no supone ningún problema.
Una cosa es vender y otra cosa es ganar. En el pasado hemos podido ser testigos de muchas historias relativas a balances negativos. Los fabricantes fijan precios de venta con el único objetivo de sacar un beneficio por cada coche que matriculan. Esta es la teoría, aunque no siempre coincide con la práctica. Muchos modelos han causado pérdidas. China está empezando a sufrir un exceso de oferta comercial y son muchos los fabricantes que no pueden hacer frente a un flujo de caja negativo. De hecho, muchas marcas chinas muestran índices negativos, pero cuentan con el respaldo del Gobierno para seguir empujando en una única dirección. El control total del mercado global.
Baja rentabilidad en una fase que busca vender grandes cantidades
El problema de rentabilidad no es exclusivo de las marcas chinas, en otros lugares del mundo hay marcas que ofrecen malos resultados financieros con sus coches eléctricos. El último caso más reciente es el de Fisker. La compañía se encuentra al borde del abismo porque las cifras no encajan. No menos escandaloso es el caso de Ford. El peso pesado americano sufre millonarias pérdidas con su división eléctrica. Los americanos pierden 47.000 dólares por cada coche que venden. Los de Michigan han invertido mucho en una rama que, por ahora, no está dando buenos resultados.
Si bien este es un caso extremo, lo normal es que las marcas ganen con sus ventas. Tesla lleva años demostrando que se pueden hacer coches eléctricos rentables, aunque su posición actual es el resultado de acumular pérdidas millonarias durante muchos cursos. Actualmente, la compañía de Elon Musk saca un beneficio neto de 8.250 dólares por cada coche que vende. En 2023 colocaron 1,81 millones de coches en todo el mundo y obtuvieron un beneficio neto total de 14.900 millones de dólares. Es un dato excelente que todas las marcas quieren cosechar. BYD va camino de ello. Entre ambas compañías controlan el 35% del mercado eléctrico mundial.
Tal y como publica Late Finance, BYD cosecha 9.000 yuanes limpios por cada coche que vende. Si aplicamos el cambio de moneda vienen a ser apenas 1.245 dólares de beneficio por cada transacción. Es mucho menos de lo que registran la gran mayoría de las marcas presentes en el mercado, pero nada de ello incomoda a sus directivos. BYD está centrada en obtener mucho volumen. La empresa quiere darse a conocer, expandir su presencia en los cinco continentes y esperar. Esperar a ganar fama y popularidad que incremente las ventas y, a la postre, la rentabilidad.
En Europa ya está dando pasos firmes para ello. El año pasado anunciaron la construcción de su primera fábrica en el Viejo Continente. Un gran centro de producción que se ubicará en Hungría. Más recientemente han anunciado la llegada de más marcas y modelos al mercado europeo. BYD ya no se limitará a los coches 100% eléctricos, también ofrecerá unidades híbridas enchufables. Junto a ellos estarán otras marcas del conglomerado, como YangWang, que atacará al segmento premium y Denza, ubicada en un escalafón intermedio. Sin embargo, es en China donde BYD obtiene sus mejores resultados. La sección de automóviles NEV vendió el año pasado 2.706.075 vehículos y se espera que este año se mejoren las cifras.