De manera pausada, pero constante, China sigue ganando protagonismo en todos los ámbitos, tanto que para cualquier empresa que actúa de manera global no tiene sentido cortar lazos con el país asiático. A esto se suma una previsible mejora económica tras haber dejado atrás la crisis originada por la pandemia, lo que se verá reflejado en mejores números comerciales en los próximos años.
Así lo indica, Ola Kallenius, CEO de uno de los fabricantes europeos más punteros: Mercedes-Benz. La marca alemana siempre ha tenido en China una baza comercial y económica muy importante con la que mantener gran parte su conglomerado. De hecho, tal y como apunta Automotive News Europe, sus dos mayores accionistas son empresas chinas, por lo que intentar rebajar su dependencia del gigante asiático tendría consecuencias directas sobre la industria alemana.
El directivo, en unas declaraciones recogidas por el periódico Bild am Sonntag en su versión impresa, señala que la relación entre los principales mercados del mundo es tan estrecha que cortar los vínculos no beneficiaría a nadie: "Los principales actores de la economía mundial, Europa, EE.UU. y China, están tan estrechamente entrelazados que desvincularse de China no tiene sentido".
En cuanto al desempeño de la marca en el país asiático, Kallenius opina que en estos próximos ejercicios habrá una mejora en cuanto a matriculaciones debido a que su población más pudiente ha visto cómo su bolsillo se ha engrosado mientras ha durado la crisis pandémica: "Nuestras cifras de ventas en China están aumentando, soy bastante optimista con respecto a nuestro crecimiento también este año. Durante el COVID, los chinos, y los más ricos en particular, hicieron ahorros extraordinarios. Este poder adquisitivo debería beneficiarnos".
Si las previsiones de la marca son correctas, Mercedes seguirá aumentando su dependencia económica de China en los próximos años. El pasado ejercicio, un 37% del total de matriculaciones a nivel global de la firma alemana tuvieron lugar en China, lo que derivó en que un 17% de sus ingresos procedieran de la que actualmente es la segunda potencia económica mundial.
A la dependecia de las empresas europeas del mercado chino se debe sumar la irrupción de las marcas chinas en nuestro mercado y, más concretamente, en la parte baja del mismo. Es ahí, en el campo de los coches eléctricos asequibles, donde quieren hacerse más fuertes, lo que potencialmente permitirá que sus exportaciones se eleven a niveles no vistos hasta ahora.
Con vistas a limitar su alcance, Alemania ha llegado a proponer aranceles a las exportaciones de coches eléctricos chinos con el fin de igualar el precio final a los europeos, algo que múltiples fabricantes continentales respaldan con vistas a proteger su protagonismo en nuestro mercado.
