Los primeros coches del mundo se fabricaban a mano en artesanos e improvisados talleres fundados por pioneros. Mercedes Benz está considerado como el primer fabricante de coches del mundo. Con más de 100 años de historia, los alemanes afrontan ahora un nuevo cambio, el enésimo. Su sólida presencia en todo el mundo les permite ver el futuro a través de un prisma inigualable de experiencia. La llegada del coche eléctrico supondrá cambios, sí, pero en Mercedes no parecen estar tan asustados como en otras compañías. Al menos ellos consideran que no supone un cambio tan drástico como se está alertando desde diferentes instancias.
Los principios básicos del ensamblaje de un coche, ya sea eléctrico o térmico, no son tan opuestos. Al final todo consiste en montar, atornillar y soldar. Los vehículos de nueva generación necesitan un chasis, un motor, suspensiones, dirección, asientos, ruedas y todo lo habitual. El mayor elemento de cambio es una batería en la que se invierten miles de horas de desarrollo, pruebas, explotación, montaje y ensamblaje. Pero, una vez los módulos llegan a la cadena de montaje, se tratan como si de un componente más se tratase, así que tampoco es algo especialmente diferente.
Al menos, esta es la idea que tienen en Mercedes, tal y como ha declarado un ejecutivo de la compañía a Automotive News. Durante los últimos años, hemos escuchado repetidamente que el coche eléctrico iba a traer consigo una importante oleada de despidos y cambios en el seno de las fábricas. Al usar menos componentes que un coche térmico convencional, muchos han pensado que iba a suponer la pérdida de puestos de trabajo. En cierto modo es verdad, ya que el proceso final de ensamblaje se simplifica, pero de forma paralela nacen otros procesos secundarios que siguen necesitando de mano de obra.
Otras marcas, como Ford, han anunciado un considerable número de despidos en Europa. Más de 3.000 trabajadores perderán sus puestos, de los cuales más de 1.000 serán en España. Sin embargo, estos puestos quedan vacantes ante la pérdida de volumen de trabajo, no por culpa del coche eléctrico en sí. El volumen de ventas es todavía demasiado bajo como para dar trabajo a tanta mano de obra. Ford estima que sus ventas en Europa van a caer por su estrategia electrificada, pero eso no significa que, en unos años, cuando el volumen comercial crezca, se vuelva a contratar a gente para abastecer las líneas de montaje final.
Michael Göbel, director ejecutivo de Mercedes Benz en Estados Unidos, reconoce que hay retos que superar, pero que en su propia experiencia han aprendido que tampoco hay tantos cambios evidentes a la hora de ensamblar un eléctrico. "Escuchamos tantas discusiones en el pasado donde la gente tenía miedo de que este movimiento hacia el futuro eléctrico costara millones de dólares.Pero, al menos en el ensamblaje final, no vemos eso en este momento. Realmente no hay una gran diferencia en el tiempo de construcción". Dicho todo esto, el propio Göbel reconoce que el proceso debe optimizarse para así poder dar caza a otras compañías.
Aunque no la ha mencionado directamente, está claro que el ejecutivo de Mercedes se refiere a Tesla. Los de Austin han conseguido revolucionar el proceso de ensamblaje gracias a sus prensas industriales capaces de crear enormes piezas de fundición en apenas unos minutos. "Necesitamos ser más eficientes en el mundo de la fabricación y mejorar los procesos con nuestros proveedores. Estoy convencido de que encontraremos formas más baratas y rápidas de ensamblar un automóvil eléctrico tal vez en cinco o 10 años".