¿Por qué 9,3 millones de británicos no se comprarán un eléctrico como su próximo coche?

La cadena de centros de servicios británica Kwik Fit ha revelaod un estudio sobre las intenciones de compra de los conductores británicos en su próxima adquisición, donde el coche eléctrico aún se resiste en los compases más inminentes, pero híbridos e híbridos enchufables consiguen acaparar atención.

 Primeras entregas del Polestar 2 en la sede de Polestar en Suecia.
Primeras entregas del Polestar 2 en la sede de Polestar en Suecia.
13/10/2020 12:01
Actualizado a 25/10/2020 22:52

Hemos hablado largo y tendido sobre cuáles son los obstáculos que potencialmente suponen al coche eléctrico un freno para no poder hacerse con las calles del mundo. Hace unas semanas traíamos a portada un estudio de Castrol en el que se reflejaban a la perfección esta problemática dividida en cinco apartados, estudiados por la compañía de lubricantes y entre los cuales se mencionaban aspectos que hoy vamos a tratar.

El estudio del que hoy nos hacemos eco no viene de la mano de ninguna gran compañía automovilística sino que es de la cadena de centros de servicio y reparación de automóviles británica Kwit Fit. Para llevarlo a cabo han entrevistado a un total de 13,9 millones de conductores, y han sacado conclusiones realmente interesantes sobre las intenciones de compra de los conductores británicos para estos próximos años, y donde parece que la inminente prohibición de la venta de coches equipados con motor térmico, que probablemente sea haga efectiva en 2035, no ha cambiado las intenciones de compra en el futuro más cercano.

Y es que de esos casi catorce millones de conductores encuestados más de la mitad (7,5 millones) han declarado que no tienen intención de comprar un coche durante este próximo año, lo que significa que aun con la pandemia dando coletazos, 6,4 millones de conductores sí barajan la compra de un coche nuevo.

Descartando a esos 7,5 millones que ha negado tener intenciones de comprar un coche nuevo durante el próximo año, y centrándonos en los 6,4 que sí, el 20% además dice que hará un uso más intensivo de su nuevo coche (de estreno o usado, el que sea) y que usará menos el transporte público dada la situación actual. Cifra que prácticamente queda anulada por el 18% que sí tienen intención de usar el transporte público, a pesar de comprar un coche, en pro de resultar más neutrales climáticamente.

Y es aquí donde la encuesta se vuelve más interesante a nuestros ojos. Del total de 13,9 millones de conductores encuestados, 9,3 millones todavía optarían a comprar un coche con motor de gasolina en su próxima compra, de los cuales 7,6 millones declaran que podría ser híbrido o híbrido enchufable, y 3,2 comprarán un coche diésel. Sólo el 8 por ciento de los encuestados, es decir, 1.100 conductores confirman que sí comprarán un coche eléctrico durante el próximo año.

Cuando entramos a analizar los motivos por los que no se comprarán un coche eléctrico, el 37 por ciento de los conductores dijeron que la falta de puntos de carga rápida era la razón principal por la que no optarían por un vehículo eléctrico, seguida de preocupaciones por la autonomía con una sola carga y la imposibilidad de hacer viajes largos sin tener que cargar (35 por ciento) y un mayor precio de compra en comparación con un coche con motor térmico (33 por ciento).

¿Y qué conclusiones hemos de sacar de este estudio? Realmente arroja datos positivos para todo lo que concierne al coche eléctrico, ya que los principales motivos por los que la mayoría no se compraría un coche eléctricos están camino de ser solventados antes de 2030, aunque antes y poco a poco se irá constatando una mejora en estos puntos críticos, dada la rápida implantación de puntos de carga que se está dando en Europa, mientras que el precio de compra se espera que baje considerablemente en este lustro, dada la mayor competencia que se irá instalando en los próximos años, lo que sumado a que el público está mentalizado de que el coche eléctrico es el próximo paso, no hará más que acelerar el proceso.