Durante años, Carlos Goshn fue una de las figuras más importantes de la industria del automóvil. El empresario brasileño fue ascendiendo rápidamente en la escala ejecutiva de la Alianza Nissan-Renault, dirigiendo ambas compañías durante diferentes puntos de su historia. Sin embargo, en 2018 su carrera se fue al traste tras ser acusado y detenido por fraude fiscal. Su fuga es una de las historias más increíbles que hayamos vivido en los últimos años. A pesar de vivir refugiado, escapando de la justicia, Goshn sigue dejando muy clara su postura de la industria y, particularmente de Nissan.
Y es que la compañía japonesa no atraviesa el mejor de sus momentos. El que fuese CEO de la misma durante la que, posiblemente, fue su última edad dorada, ha declarado que Nissan está ahora mismo en “modo pánico”, y no es para menos. Durante la presentación de resultados del último trimestre quedó patente el delicado estado de salud financiero que atraviesa uno de los mayores fabricantes de Japón. En lo que llevamos de año Nissan ha reducido su beneficio en un 94%. La situación es tan dramática que pronto se reducirá la plantilla significativamente, así como se reducirá notablemente la producción a escala internacional.
Honda y Nissan corren para intentar llegar a un acuerdo rápidamente
Las crisis ha despertado la curiosidad de muchos inversores extranjeros sabedores de la necesidad económica de Nissan. El más reciente e interesante postor es Foxconn, una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo, fabricante de muchos dispositivos de Apple. La semana pasada supimos que la empresa taiwanesa ha volado a París para negociar con Renault la compra de su paquete accionarial de Nissan. Si no todas las acciones sí una buena parte de las mismas. Una maniobra que le podría permitir hacerse con el control de la empresa. Foxconn, a través de su filial automovilística, Foxtron, siempre ha querido participar del cada vez mayor mercado eléctrico.
Que una empresa crítica de Japón caiga en manos de una compañía taiwanesa es algo que el gobierno local no considera. Es por eso que se ha incitado a Honda a crear una gran alianza con sus rivales. A lo largo de las últimas semanas, Nissan y Honda han acelerado las conversaciones que podrían tener como resultado la creación de uno de los más grandes fabricantes de la industria. Ambas empresas ya han colaborado estrechamente en el pasado, aunque en esta ocasión los términos, y sobre todo la situación, son completamente diferentes. La presión que reciben ambas partes anima a pensar en un acuerdo a la desesperada, tal y como declara Goshn a Bloomberg.
Buen conocedor de la política empresarial japonesa, Carlos Goshn ha dejado bien claro su enfoque con respecto a la posible fusión: “no es un acuerdo pragmático porque, francamente, las sinergias entre las dos empresas son difíciles de encontrar”. Nissan y Ghosn siguen enfrentándose en batallas legales seis años después de que ejecutivos de la automotriz organizaran su arresto y expulsión de la empresa. El fabricante ha afirmado que su ex presidente declaró ingresos inferiores a los reales y se apropió indebidamente de activos de la empresa para obtener beneficios personales. Ghosn ha negado las acusaciones y ha acusado a Nissan de dañar sus finanzas y su reputación.