Tras 400.000 km el dueño de un Tesla Model S revela qué efectividad ha perdido su batería

No es el primer Tesla con un alto kilometraje a sus espaldas que sale a la luz, pero los datos que revela el dueño de este Tesla Model S australiano bien merecer ser tratados.

 Tesla Model S P90D.
Tesla Model S P90D.
11/07/2021 11:30
Actualizado a 21/07/2021 15:26

Una de las ventajas que más a menudo se suele señalar al comparar los coches eléctricos con sus homónimos de combustión interna es que los primeros necesitan de un mantenimiento menos acusado que los segundos, pues la ausencia de un complejo propulsor mecánico y la menor complicación de los elementos existentes propicia que haya menos componentes revisar, mantener y sustituir cuando el tiempo y los kilómetros van haciendo mella.

Si bien es cierto que los coches eléctricos también pueden estropearse y necesitarán el reemplazo de piezas costosas y clave, como sus motores eléctricos, e incluso de la propia batería llegado el momento, lo que ha sacado a la luz el medio especializado en movilidad eléctrica TheDriven.io acerca de un Tesla australiano, bien merece tratado.

El Tesla en cuestión es, más concretamente, un Model S P90D que data de 2017, y como muchos otros Tesla que han salido a la luz por el kilometraje acumulado a lo largo de los años, éste desempeña la función de taxi en el aeropuerto de la ciudad, donde Nigel Raynard, su propietario, posee un negocio de transporte de pasajeros.

Declara el empresario que compró el Tesla Model S P90D en 2017, y que se decidió a comprarlo tras ver un documental llamado "Dirty Money: Hard NOx", acerca del escándalo de Volkswagen en cuanto a la manipulación de emisiones, conocido popularmente como Dieselgate. En base a ello, Nigel descartó comprar el BMW Serie 3 diésel de segundamano que estaba barajando e hizo un esfuerzo optando por el coche eléctrico en cuestión.

Así pues, tras más de cuatro años de servicio en el aeropuerto de su ciudad y 400.000 kilómetros acumulados en su odómetro, Nigel ha revelado lo que le ha costado hasta el día de hoy mantener su Tesla Model S, dejando tras de sí alguna que otra interesante declaración, entre la que destaca que gracias al uso de la frenada regenerativa, su Model S aún no ha necesitado el reemplazo de las pastillas de freno.

Ha comentado el australiano a The Driven que tan sólo ha precisado sustituir un par de partes clave como son los ejes de transmisión delanteros, así como el compresor del aire acondicionado, entre otras cosas menores, y que en total le ha supuesto 5.000 dólares australianos, lo que traducido a euros supone apenas 3.700 euros de gastos en mantenimientos. Mantiene intactos tanto los motores eléctricos como su batería, un hecho particularmente llamativo.

En un ejercicio de sinceridad, el taxista ha admitido, sin embargo, que la batería de su Model S ha perdido efectividad: cuando era nuevo, la autonomía de su Model S era de unos 380 kilómetros con una carga completa y en la actualidad esta cifra está en torno a los 340 kilómetros. Si bien es cierto que una pérdida de 40 kilómetros se puede antojar determinante en ciertos momentos, la realidad es que ha perdido un 10 % de autonomía a lo largo de 400.000 kilómetros, una distancia que supera la vida útil media de cualquier coche.

Esta historia no ha pasado desapercibida entre la comunidad anglosajona de aficionados al motor, y ha llegado incluso al propio Elon Musk, quien se ha hecho eco de esta historia y ha puesto un mensaje en redes sociales apuntando a la ventaja de saber hacer uso de la frenada regenerativa, pues el hecho de que los motores eléctricos pasen a hacer las veces de generador, además de alimentar la batería, también alarga la vida útil de todo el esquema de frenado.