La Comisión Europea ha propuesto fijar requisitos obligatorios sobre la sostenibilidad, seguridad y ciclo de vida de todas las baterías que sean comercializadas en la Unión Europea, con el objetivo de que el sector contribuya a que el bloque logre cumplir los objetivos climáticos establecidos en el Pacto Verde Europeo.
El nuevo reglamento que ha planteado Bruselas, y que debe ser todavía debatido y acordado por los Estados miembros y el Parlamento, fija una serie de requisitos sobre el uso de materiales para su fabricación, el empleo de sustancias peligrosas, el contenido mínimo de materiales reciclados, la huella de carbono, el rendimiento, la durabilidad o el etiquetado.
El Ejecutivo comunitario considera que es necesario modernizar la normativa vigente debido a la evolución de la economía, los avances tecnológicos y los usos de las baterías. Las características de las pilas, acumuladores y los residuos que generan están regulados por una normativa que data de 2006.
Sin embargo, las autoridades comunitarias prevén que la demanda de baterías aumente "rápidamente" en los próximos años y que incluso se multiplique por 14 hasta 2030. El transporte eléctrico será el principal sector que impulse el uso de las baterías.
Este "crecimiento exponencial" de la demanda de baterías "dará lugar a un aumento equivalente de la demanda de materias primas", advierte la Comisión Europea, que explica en esto la "necesidad de minimizar el impacto ambiental" de las baterías.
Por eso, Bruselas ha propuesto requisitos obligatorios para todas las baterías comercializadas en la UE, ya sean industriales, portátiles, de automóviles o para vehículos eléctricos. En este sentido, la institución defiende que ofrecer seguridad jurídica en este ámbito "contribuirá a desbloquear inversiones a gran escala y a impulsar la capacidad de producción".
Otro de los objetivos del borrador de reglamento es alargar el ciclo de vida de las baterías, por lo propone que a partir del 1 de julio de 2024 solo se puedan comercializar baterías de vehículos eléctricos y recargables que cuenten con una declaración de huella de carbono. De la misma forma, plantea introducir requisitos y objetivos sobre el contenido de los materiales reciclados y la recogida, tratamiento y reciclado de las baterías en la parte final de su vida útil.
En este sentido, estima que el porcentaje de recogida de baterías portátiles, que actualmente es del 45%, debería ascender al 65% en 2025 y al 70% en 2030. Ene l caso de las baterías industriales, de automóviles o de vehículos eléctricos, deben poder recogerse "íntegramente".
Todas las baterías que sean recogidas, añade la Comisión Europea, deben ser recicladas. Además, deben alcanzarse "altos niveles de recuperación", en especial de materiales valiosos como el cobalto, el litio, el níquel y el plomo.
Por último, el reglamento establece un marco para facilitar la reutilización de las baterías de vehículos eléctricos para que puedan tener una segunda vida como sistemas fijos de almacenamiento de energía o como parte de la red eléctrica como recurso energético.