Hace unos años, una famosa compañía de neumáticos lanzó un eslogan comercial que hoy todavía resuena en muchos conductores: la potencia sin control no sirve de nada. Pirelli, no pudo dar más en el clavo. Durante mucho tiempo, las altas prestaciones han sido exclusivas para unos pocos coches, pero la llegada de la electrificación ha borrado del mapa esa mentalidad. La potencia y la respuesta inmediata son dos cualidades inherentes a cualquier vehículo eléctrico. Carlos Tavares, CEO de Stellantis, asegura que ambas condiciones hacen a los coches eléctricos más seguros. Y no puede estar más acertado.
A principios de siglo, Bugatti presentó en sociedad el Veyron, el primer coche de producción en serie con más de 1.000 CV de potencia. Aquel hito marcó un antes y un después. Si bien el Veyron necesitó un motor descomunal y el desarrollo mecánico más complejo del mundo, hoy muchos coches eléctricos son capaces de alcanzar la misma marca con una parte mucho más pequeña de aquel presupuesto. El Veyron superaba la barrera del millón de euros mientras que un Tesla Model S Plaid moderno y eléctrico es 10 veces más barato con la misma potencia. Esto es solo un ejemplo de cómo lo que antes conocíamos como rendimiento extraordinario hoy se ha vuelto casi común.
La potencia debe tener un control, pero no tiene por qué ser una característica peligrosa
No queremos decir que todos los coches del mundo presenten 1.000 CV, no. Las altas prestaciones exigen ciertas habilidades especiales, pero no hace falta llegar tan alto en el escalafón mecánico para disfrutar de una de las mejores características de un coche eléctrico. Durante una entrevista a TopGear, Carlos Tavares ha reconocido que “la potencia de aceleración es, ante todo, una cuestión de seguridad”. Seguro que en más de una ocasión has oído que para qué se necesita tanta potencia si no puedes correr. Cierto, pero no es la velocidad que se alcanza sino cómo se hace. Salir desde parado con rapidez o adelantar rápidamente minimiza posibles riesgos.
Los adelantamientos en vías secundarias son la fuente de muchos accidentes con víctimas mortales. Impactos frontales o fronto laterales que suceden cuando no hay espacio ni tiempo suficiente para adelantar. En una controvertida maniobra, la DGT ha eliminado el margen superior de 20 km/h para adelantar a otro vehículo en carreteras secundarias. Un peligro porque eleva el tiempo de la maniobra y, por lo tanto, dispara los potenciales riesgos de que pase algo, ya sea que venga un coche de frente o cualquier otro de los muchos peligros a los que nos enfrentamos tras ponernos al volante de nuestro coche.
Los vehículos eléctricos aceleran con mucha contundencia, puede que a veces demasiada, pero Tavares defiende que eso es sinónimo de seguridad. Desde los coches más pequeños y baratos de Stellantis hasta los más poderosos. Antes, la marca de 0 a 100 km/h sólo era relevante a la hora de hablar de un Ferrari, un Lamborghini o un Porsche, por ejemplo. Sin embargo, hoy se ha convertido en una especie de campo de batalla marketiniano. Todas las marcas pelean por ofrecer el registro más bajo. Volviendo al caso del Model S Plaid, los 1.020 caballos de potencia oficiales le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 2,1 segundos. En 2004, el Veyron de 1.001 caballos y 1,2 millones de euros marcaba 2,5 segundos en su tiempo de aceleración.
No es sólo una cuestión de acelerar desde parado, sino de recuperación de la velocidad. El acelerador de los coches eléctricos es como un interruptor. En sus modos de conducción más deportivos parece actuar únicamente con las posiciones On y Off. Entrar en una autopista, adelantar o tener respuesta inmediata ante cualquier tipo de obstáculo o imprevisto es sinónimo de seguridad y los eléctricos van bien servidos en dichas cuestiones. Tavares está en lo cierto. Ese poder eléctrico debe ser manejado con control y con mucha responsabilidad, pero en buenas manos, en condiciones normales, aporta un valor añadido en cuestiones de seguridad. También se ha demostrado que los coches eléctricos son más seguros frente a impactos ya que la batería actúa como elemento de rigidez.
Stellantis prepara toda una revolución con sus coches eléctricos. El conglomerado galo apoyará toda su estructura eléctrica en cuatro plataformas dedicadas, denominadas STLA Small, STLA Medium, STLA Frame y STLA Large. Esta última la hemos podido conocer hace apenas unos días. Se destinará a los coches más grandes y potentes de la familia. Será capaz de superar el rendimiento de cualquier coche térmico en la actualidad, incluyendo las extraordinarias versiones V8 Hellcat de Dodge mientras que, de paso, supera la barrera de los 800 kilómetros de autonomía. Todavía tardaremos en verla asociada a un modelo de producción. Primero, la usarán las marcas de Dodge y Jeep y, más tarde, Alfa-Romeo, Chrysler y Maserati harán lo propio.