Carlos Tavares, el ejecutivo portugués y CEO del grupo Stellantis, el cuarto mayor fabricante del mundo; no tiene reparos en realizar declaraciones impactantes. Pese a que desde Stellantis ya han confirmado la noticia de que Tavares se retirará de su cargo en 2026, el portugués se ha mostrado, en el actual Salón del Automóvil de París, muy contrario a la imposición de aranceles por parte de la UE a los coches chinos.
Dejando a un lado el hecho de que estos aranceles podrían incrementar el precio final para los consumidores de los vehículos fabricados en el gigante asiático y que China ya ha tomado las primeras medidas de represalia contra los productos de la UE, Tavares reconocía estos días que Europa está en desventaja frente a China. ¿El motivo? Porque fabricar coches eléctricos en la UE resulta un 40% más caro que producir los de combustión.
Pero el portugués ha ido más allá, y en la jornada inaugural de la muestra francesa, ha cargado aún más fuerte contra los aranceles que la UE quiere imponer a los coches chinos.
Acelerarán el cierre de las fábricas de coches ya existentes en Europa
“Los aranceles son una buena herramienta de comunicación, pero tienen efectos secundarios”, señalaba el ejecutivo portugués, al ser preguntado por esta cuestión.
La imposición de aranceles supone una dificultad para que los fabricantes chinos comercialicen sus vehículos en la UE y, en última instancia, “aumenta el exceso de capacidad de las plantas productivas situadas en Europa”, explicaba Tavares.
El CEO de Stellantis se refería a que, para no sufrir los aranceles, los fabricantes chinos tendrán que tomar importantes decisiones y “la forma de evitar los aranceles aduaneros es construir sus coches en Europa”.
En última instancia, esto supondría la creación de nuevas fábricas y aumentar los problemas de exceso de capacidad de producción ya existentes en muchas plantas situadas en Europa, lo que llevaría a los fabricantes a cerrar alguna de ellas. Con esta medida, la UE está “acelerando la necesidad de cerrar las plantas", razonaba Tavares.
Los fabricantes chinos apostarán por crear fábricas en países con economías emergentes
Tavares también indicó, en declaraciones a medios italianos recogidas por Autonews, que "los fabricantes de automóviles chinos no irán a Alemania o Francia o Italia a construir sus coches, porque en estos países sufrirían algunas desventajas de costes, empezando por los relacionados con el precio de la energía".
Como ejemplo, Tavares citó a BYD, que ha decidido levantar una fábrica de baterías en Hungría y otra para producir sus coches eléctricos en Turquía. Y el ejemplo no pudo ser más acertado, ya que la vicepresidenta ejecutiva de BYD, Stella Li, también presente en la muestra gala, corroboró ayer que la marca china pretende producir los componentes de sus coches y ensamblar sus baterías en dichas plantas, importando de China tan sólo las células de las mismas.
