Las arcas públicas de los pueblos y ciudades se nutren de toda una serie de ingresos públicos, entre los cuales llama la atención la disposición de las múltiples sanciones derivadas de la comisión de infracciones. En un país como Estados Unidos, la tasa promedio de ingresos procedentes de las multas se sitúa en torno al 1,7%, pero hay una pequeña localidad del Estado de Luisiana cuyo porcentaje se dispara hasta el 92,5%.
Estas desproporcionadas cifras se deben a la política que ha venido llevando el Alcalde de Fenton. Con tan solo 226 habitantes, este pequeño pueblo se ha convertido en el lugar que más sanciones se imponen como consecuencia de irregularidades en la conducción. Se trata de una anomalía que guarda una relación directa con los diferentes cargos que tiene esta persona en la Administración Pública.
La política de la multa como medio clave para la obtención de ingresos públicos
Teniendo en cuenta la gran disparidad que hay a la hora de obtener fondos públicos, se puede decir que está aplicándose una política puramente confiscatoria. De acuerdo con el estudio organizado por Urban Institute, todo se debe a la consecución de diversos cargos por parte del Alcalde. Aprovechando la baja densidad de población que hay en la zona que hay bajo su jurisdicción, acumula el título de Alcalde y, adicionalmente, el de Juez.
Bajo esta premisa, la interposición de cualquier recurso contra las multas termina por no prosperar. Este procedimiento de enjuiciamiento no es el más garantista que existe, ya que el Alcalde es, al mismo tiempo juez. De la misma forma, nombra al fiscal. Los juicios se desarrollan bajo el yugo de su opinión, por lo que es parte acusadora y la que decide sobre cualquier asunto relacionado con la imposición de las sanciones.
Por el lado de la comisión de los delitos, también tiene un papel relevante. En Fenton se aplica una política de control de carreteras que los vecinos aseguran que es muy dura. La mayor parte de los vecinos ya ha sido multado, alegándose todo tipo de irregularidades. Los agentes subordinados del erario público que sirven a los fines del Alcalde son el brazo ejecutor de esta política. El mejor ejemplo de ello lo muestra una vecina al describir lo ocurrido recientemente.
Tras criticar la actuación de la policía al establecer un control de velocidad en el área de acceso, se le impuso una multa adicional de 215 dólares por quejarse en exceso. Tal y como se ha mencionado anteriormente, si decide recurrir, será juzgada por el propio ente que ha impuesto la denuncia por la comisión de dicho delito.
Se cree que esto no es un caso aislado. En un país tan grande y extenso como Estados Unidos, hay determinadas áreas en las que unas pocas personas pueden ejercer una gran influencia. Habrá que esperar un tiempo para comprobar a ver si la situación en Fenton ha cambiado o si, por el contrario, siguen produciéndose este tipo de prácticas abusadoras.