Es más que obvio que en China trabajan a un ritmo diferente. Los fabricantes tradicionales son incapaces de seguir el ritmo de lanzamientos y producción de las nuevas marcas chinas. Compañías como BYD, Geely o XPeng presentan y desarrollan productos a una velocidad nunca antes vista en la industria. Una nueva marca china quiere ahora llegar a Europa. Sus intenciones quedaron al descubierto durante la celebración del pasado Salón de París. GAC quiere ofrecer sus productos en el Viejo Continente, pero ahora sabemos que la ambiciones de la empresa no se quedan ahí. Los chinos ya piensan en una fábrica europea con la que poder acercar la producción al cliente.
GAC es la abreviatura de Guangzhou Automobile Group Co, uno de los fabricantes chinos más antiguos del país. Su fundación data del año 1955 y, como te podrás imaginar, su sede está en la multitudinaria ciudad de Guangzhou. Se trata de un gran conglomerado que produce y distribuye varias marcas en el mercado local, como Trumpchi o Aion. Sin embargo, su principal papel es el de fabricar coches de terceras marcas, principalmente extranjeras, como Honda, FIAT, Toyota o Mitsubishi. Esa experiencia adquirida trabajando para otros les ha servido para lanzarse a la aventura de desarrollar y producir sus propios modelos.
¿Nueva construcción o compra de una fábrica europea?
A pesar de ese conocimiento cosechado durante décadas, las ventas de GAC en China están cayendo en favor de otras empresas como XPeng, NIO o Li Auto. A pesar de esa constricción del mercado, GAG ha tomado la decisión de que este es el mejor momento para explorar Europa, convertido en uno de los mercados eléctricos más interesantes del momento. Durante la celebración de la pasada muestra parisina Feng Xingya, CEO de GAC, advirtió la llegada de la marca al Viejo Continente, con el Aion V como el primero de sus modelos disponibles. Ahora, uno de los más altos ejecutivos de la empresa, Wei Heigang, ha reconocido a un medio alemán que se plantean seriamente la producción.
Los aranceles levantados por Europa para impedir la llegada de coches eléctricos fabricados en China está causando un gran revuelo en las relaciones comerciales y diplomáticas con Asia. Bruselas quiere, según sus términos, igualar la contienda al descubrir que China está financiando su industria automovilística. Los fabricantes europeos no pueden competir en igualdad de condiciones y por eso los nuevos aranceles a la importación intentan equilibrar la balanza. Ambas partes siguen negociando en vías de una medida menos dolosa para las marcas chinas, aunque ninguna de ellas ha elevado, por el momento, el precio de sus coches.
Dentro de esa atmósfera de tensión comercial, la producción local sería una de las formas de solucionar el problema, tal y como afirma el propio Heigang al ya mencionado periódico alemán. "Estamos investigando esta posibilidad muy activamente". Las conversaciones se encuentran en una fase muy temprana y la empresa todavía está considerando si quiere construir una nueva fábrica o compartir o hacerse cargo de una fábrica existente. “La cuestión de los aranceles definitivamente nos afecta. Sin embargo, a largo plazo esto se puede superar. Estoy seguro de que habrá una manera de resolver el problema", afirmó. Ahora sólo queda por saber si GAC adquirirá una fábrica en Europa o decidirá levantar una propia.