Los coches chinos no llevan tanto tiempo con nosotros. En realidad, sus ventas han crecido con especial fuerza en lo que llevamos de 2024, una 'invasión' del mercado europeo especialmente en cuanto a automóviles con sistema de propulsión eléctrico se refiere.
Corría el año 2020 cuando muchos se preguntaban si los fabricantes chinos serían capaces de 'colarse' en Europa con un producto que convenciera a los clientes. Muchos no lo veían claro y lo cierto es que había retos muy importantes que afrontar.
Poco después, se pudo ver cómo la estrategia de China empezaba a cuadrar en nuestro continente, hasta el punto de superar a distintos fabricantes en mercados de todo el mundo, también como país exportador.
Tanto es así que, ya desde mediados de 2023, Japón bajó a la segunda plaza del top mundial de exportadores de vehículos, dejando paso a su país vecino. Para entonces, China acumulaba casi 2,4 millones de automóviles repartidos a nivel internacional, con una estimación de cerrar el año en torno a los cinco millones.
Un auténtico hito cosechado por fabricantes como Geely, BYD, SAIC y MG, entre otros, y que hay que comparar con los algo más de tres millones de coches que salieron de China en 2022. Ya en ese momento se podía ver el potencial de los productos chinos pero Japón mantuvo su liderazgo. En el último año han cambiado las cosas.
La clave no es otra que la de ofrecer vehículos a precios muy asequibles, incluso después de las tasas por venderlos fuera de su país. No tardaron en hacerse públicas las declaraciones de los responsables de importantes grupos automovilísticos europeos, que han visto cómo los automóviles chinos les han quitado un parte importante del pastel. Y no tiene pinta de que vayan a parar.
Thomas Schäfer, consejero delegado de Volkswagen, aseguraba que "sale más barato importar desde China que fabricar en Europa". Por ese motivo, es imposible que sean competentes, pues no pueden asumir los precios que llegan desde el país asiático.
Un país en el que los coches eléctricos son más baratos que los de combustión desde los primeros meses de 2023; algo, de momento, impensable en el resto de mercados mundiales. Y su producto convence, porque hemos visto a BYD robarle el primer puesto del ranking de ventas a Volkswagen en China, un mercado muy potente junto al norteamericano. Como dato importante, cabe destacar que desde que se recogen este tipo de datos, que es desde 2008, el gigante alemán siempre había estado a la cabeza.
La ofensiva china preocupa tanto en Europa como en Estados Unidos, donde Jim Farley, CEO de Ford, ya reconocía que le teme más a los fabricantes de coches chinos que a General Motors o Toyota, que han sido rivales a batir durante muchos años.
Al otro lado del charco ya lo vieron claro desde hace tiempo y avisaron de que pondrían medios, por ahora insuficientes, para equilibrar los precios con los de los fabricantes locales. Pero en Europa, en realidad, no tardaron en abrir una investigación por supuesta competencia desleal y los nuevos aranceles se pusieron en marcha antes que en Norteamérica, aunque las tasas subieron menos.
Esto se debe a que hay indicios de que el gobierno chino estuvo inyectando ayudas que permiten a los fabricantes que la producción de coches sea mucho más barata, por lo que pueden vender por lo que consideran que está por debajo del precio de mercado real.
Lo que no sería otra cosa que un intento de romper el mercado con precios artificiales y que sólo son posibles con incentivos estatales. Precisamente, más ayudas económicas es lo que piden los fabricantes europeos para poder hacer frente a la situación.
En Europa la solución pasa por la subida de aranceles para aquellos que traigan sus coches desde fuera, en un intento de equilibrar los costes. China, por su parte, se defiende de esta acusación alegando que no ha habido ayudas ilegales y acusa a Bruselas de 'proteccionismo'. Además, los representantes del país asiático anunciaron que cualquier medida que afecte a China tendría consecuencias en las relaciones económicas entre ambos, y así ha sido, pues han revisado los derechos de importación de algunos productos europeos que se vende en China.
Si nos centramos en España, vemos que, en agosto de 2023, el MG ZS se convirtió en el coche más vendido de nuestro país. Y resulta que fue la primera vez que un coche que venía de China se ponía a la cabeza del ranking de ventas. Por cierto, en septiembre volvió a encabezar el listado.
Todo ello sin ser un vehículo eléctrico, pues se trata de un automóvil con motor de gasolina, que se vendía por unos 14.000 euros. Entendemos que es un precio muy competente, pues costaba lo mismo que un Seat Ibiza en el año 2017 y con una mecánica menos potente.
El Ibiza cuesta algo más de 17.000 euros y en realidad no ocupa el segmento del modelo de MG, que es un SUV urbano compacto-pequeño, que sería comparable al Seat Arona. Este último tiene un precio de acceso de unos 22.000 euros.
Por tanto, no es un guerra exclusiva del mercado de coches eléctricos, que también. Por ejemplo, mientras que el BYD Dolphin cuesta en torno a los 35.000 euros sin incluir ayudas, optar por un modelo similar como el Volkswagen ID.3 salía por casi 7.000 euros más hasta no hace tanto, aunque la marca alemana y otras europeas se están poniendo las pilas para ajustar todo lo posible los precios. Y el rival perfecto del modelo de BYD es otro chino, el MG4 Electric, que se puede adquirir por menos de 30.000 euros, antes de ayudas.