Es posible que las primeras eBike de montaña (eMtb) nacieran con un objetivo: permitir a los ciclistas con una forma física no muy, digamos, contundente, disfrutar del Mountain Bike sin 'dejarse la vida en ello'.
Desgraciadamente, ese enfoque primitivo ha sido un estigma, hasta hace muy poco, para el usuario de las eMtb: y es que otros usuarios (de pulmonares) no los consideraban 100% ciclistas.
Gracias a la gran apuesta de las marcas por las eBikes, que está haciendo de ellas otra categoría en sí misma, se está consiguiendo que esa apreciación por los usuarios de las eMtb esté desapareciendo.
Las eMtb están ampliando los horizontes de utilización a terrenos inimaginables para las ‘pulmonares’: hacer rutas de muchos más kilómetros, permitirnos disfrutar de más bajadas en nuestras salidas de Enduro y, por supuesto, subir senderos o trialeras casi como si lo hiciéramos con una moto. Y es en este último apartado donde nos vamos a centrar en este reportaje.
Ya lo dijimos en la prueba que realizamos a la Orbea Wild M-Team 2025: nos queda un segundo artículo donde nos centraremos en lo bien que sube la Wild y en la ‘culpa’ que tiene el nuevo motor Bosch Performance Line CX Gen 5.
El motor Bosch Performance Line CX Gen 5 es un gran aliado para subir
El nuevo motor, del que ya hemos hablado mucho desde su lanzamiento, ha venido para aportar un comportamiento más natural y completo, más que a brindar una potencia mayor.
De hecho, las cifras de potencia son exactas a la anterior generación del Performance Line CX. Lo que ha pretendido Bosch es dotar a las bicicletas que lo instalen de un rendimiento menos brusco, que siempre haya potencia de sobra pero que no convierta a la bicicleta en cuestión en una máquina ingobernable.
Nuestra protagonista, a pesar de su imponente apariencia (una eBike de Enduro siempre es espectacular), es una bicicleta bastante dócil y, en parte, la ‘culpa’ la tiene el nuevo motor.
Enfrentarnos a las subidas con la nueva Orbea Wild se ha mostrado una operación más sencilla que con la anterior Wild. Aunque los modos de aporte de potencia son configurables a través de la App Bosch eBike Flow (se puede ajustar la asistencia, el par máximo y la velocidad máxima), nosotros hemos dejado los ajustes tal y como vienen de fábrica.
Subir tramos muy rotos ha sido muy simple gracias, por un lado, a una entrega muy sutil de la potencia: con el 'Extended Boost', un pequeño golpe de pedal nos impulsaba fácilmente sobre las piedras e incluso escalones de cierta envergadura. Eso, sumado a la grandísima capacidad de tracción de la Wild nos ha permitido subir por zonas que no lográbamos hacer con otras bicicletas eléctricas.
Sin embargo, si la pedalada no es muy contundente, el sistema del motor ‘lee’ nuestras intenciones gracias a los diferentes sensores de cadencia, par e inerciales, aportando una entrega más suave de la potencia. Eso hace que no vayamos ‘desbocados’ en zonas muy técnicas donde necesitamos empuje, pero con suavidad.
Unas suspensiones que son ‘una delicia’
Casi tan importantes como el motor para subir son las suspensiones. De nada sirve toda la ‘dulzura’ del mundo en la entrega de potencia si las suspensiones nos van sacando del camino.
Porque, si no absorben como es debido, las pérdidas de tracción en la rueda trasera y la dirección descontrolada en la rueda delantera serán una constante. Las protagonistas: delante nos encontramos una horquilla Fox 38 Factory GripX2 de 170 mm y detrás un amortiguador Fox Float X2 Factory que también aporta 170 mm.
Y en la Orbea Wild M-Team 2025 hemos observado un trabajo muy equilibrado de ambas. Es como si estuvieran interconectadas entre sí: realmente podemos hablar de un ‘set’ de suspensiones y no de una horquilla por un lado y de un sistema trasero de suspensión por otro.
Hemos ajustado ambas suspensiones con una gran rapidez de actuación tanto en la compresión como en el rebote: primamos su capacidad de adaptarse o leer el terreno antes que un gran rendimiento ante los saltos, más que nada por las características de nuestra zona (terrenos en general muy pedregosos y ausencia de grandes saltos).
Así que enfrentarse a zonas de subida con piedras ha sido ‘coser y cantar’ con la Wild: la rueda delantera tragaba con lo que le pusiéramos por delante, la trasera no perdía tracción y el motor aportaba la potencia exacta. Este motor es una extensión de nuestra pedalada, acompaña nuestras intenciones con gran naturalidad.
¿Que el paso es muy complicado y hay que portar a mano la bici? No hay problema: el nuevo asistente de ayuda al empuje ajusta de forma automática la velocidad de la bicicleta a la pendiente y al terreno. De esa manera no tendremos que ir ‘corriendo’ detrás de la bici.
Aprovechamos que hemos tenido la Wild M-Team un ‘tiempecito’ para estudiar diferentes subidas y, de esa manera, poder dar una serie de recomendaciones para trepar trialeras con suma facilidad.
Nos parece muy recomendable, antes de empezar a tratar la técnica, hablar de la bicicleta: es interesante proteger bien el cuadro con vinilos protectores (nuestra Wild lleva de serie unos cuantos), ya que las bicicletas en este tipo de subidas técnicas pueden golpearse con piedras o caer directamente sobre ellas.
Si no tenemos una técnica muy depurada, la opción de instalar unos pedales de plataforma pueden ser recomendable para poder echar el pie al suelo con gran rapidez. Incluso ponernos unas rodilleras (cómodas y flexibles) no es una mala opción, aunque estemos subiendo: protegeremos nuestro cuerpo de caídas ‘tontas’.
5 claves a tener en cuenta para subir con una bicicleta eléctrica
- Preparación de la bicicleta: es importante chequear las presiones de los neumáticos, es ‘ideal’ ir con mucho grip (agarre), así que recomendamos presiones bajas (es muy útil llevar una bomba con nosotros por si más tarde queremos aumentarla). Parecido pasa con las suspensiones, en especial con la horquilla: necesitamos una gran filtración, para que absorba los obstáculos más grandes (piedras, raíces…), ya que la velocidad va a ser reducida, así que podemos ajustar un Sag amplio (25-30%, luego vas ajustando…) y un rebote rápido.
- Empezar por lo conocido: si queremos mejorar nuestra técnica, es mejor probarnos en trialeras que conozcamos, e incluso que hayamos hecho bajando. Es una forma de tener referencias. Un ejemplo: los riders de Bike Trial estudian las zonas antes de realizarlas. Es una idea, echar un vistazo antes de comenzar, poder chequear si hay piedras sueltas u obstáculos que no se vean a primera vista. De esa manera podemos estudiar las trazadas posibles y las salidas de las zonas más complejas.
- Con decisión: lo peor es dudar. Tenemos que mantener una cadencia de pedaleo fluida, no ir en marchas muy largas que nos acaben sacando de las trazadas cuando pedaleemos fuerte. E igual pasa con el aporte de potencia, ya que no siempre un modo alto es la solución: y es que lo bueno de una eBike (y en especial de esta Orbea Wild M-Team) es su poder de tracción. Si la rueda delantera pasa un obstáculo, la trasera, con decisión, pasará también.
- Mirar con perspectiva: una vez que nos lancemos a subir un paso complejo, tenemos que realizar una visión cruzada, es decir, hay que mirar repetidamente por donde estamos pasando pero también por donde lo haremos inmediatamente después. No podemos quedarnos en lo más próximo, tenemos que ir también estudiando lo que nos va a venir, tenemos que adelantarnos a los acontecimientos. Todo pasa muy rápido y si no somos previsores, nos quedaremos enganchados. Ojo con los pedales, hay que pensar que vamos pedaleando (en las bajadas lo normal es llevarlos paralelos al suelo), tenemos que adelantarnos a lo que nos va a venir, calcular si la biela, en su posición más baja, puede impactar en una piedra o raíz. Hay que ir un paso por delante siempre.
- Utilizar nuestro cuerpo: no podemos ser rígidos como una tabla, tenemos que adaptar nuestro cuerpo a las necesidades de la bicicleta. No puede ir ella por un lado y nosotros por otro. Antes decíamos que si la rueda delantera pasaba por un obstáculo, la trasera también lo haría: pues eso siempre que la ayudemos, claro. Podemos tirar de la dirección, absorber parte del obstáculo con la flexión de nuestros brazos, ayudar a que la rueda trasera suba una piedra levantando nuestro trasero y acompañando con la cadera o mantener el equilibrio contrarrestando las inercias de la bicicleta con el peso de nuestro cuerpo.
Conclusión
Subir con una bicicleta eléctrica puede ser tan divertido (o más) que bajar. Todos, con mayor o menor pericia, somos capaces de bajar. Pero no todos subimos ciertos senderos. Y eso se puede convertir en un gran reto.
Practicar nuestra técnica, preparar la bicicleta, todo ello puede ser un aliciente más al hecho de salir a rodar con nuestras queridas bicicletas eléctricas. Si, además, nuestra compañera es una más que recomendable Orbea Wild M-Team, la experiencia será muy satisfactoria.
Más información en: Orbea Wild M-Team