Como reza el dicho: cada uno barre para su propia casa. La era de la electrificación está sacudiendo los cimientos de los fabricantes de automóviles. Actualmente podemos ver diferentes enfoques y estrategias en función de la compañía de la que hablemos. Cada una apuesta por su rumbo, aunque algunas no lo tienen muy claro. BMW sí, sabe perfectamente lo que quiere y lo que va a hacer, tal y como ha declarado su CEO, Oliver Zipse. Los alemanes no se desprenderán de su gama de acceso, los compactos, más bien todo lo contrario.
Aunque hablemos constantemente de electrificación, el modelo más vendido de toda la gama de BMW es el X1 con motor de diésel de 150 caballos. Él solito se lleva el mayor porcentaje de ventas de toda la casa, y es por ello que para la tercera generación que acaba de ser presentada, sigue estando presente en la gama. Todo el mundo espera que vuelva a convertirse en la versión más popular de todas. Caso muy similar es lo que ocurre con el BMW Serie 1, aunque en ese caso el mix de motores está más igualado.
Zipse no entiende por qué otros fabricantes premium están abandonando o van a abandonar sus modelos de acceso. Aunque no los ha mencionado específicamente, está claro que el CEO de BMW habla directamente de sus rivales de Mercedes. Los de Stuttgart hace tiempo que anunciaron que no iban a dar continuidad a su gama de compactos. El Mercedes Clase A y el Mercedes Clase B no seguirán en el plantel en los próximos años. Además del propio Oliver Zipse, mucha gente no entiende ese cambio de estrategia de Mercedes, pues al igual que pasa en BMW, la gama de acceso es la más vendida de la compañía.
Las marcas premium son marcas aspiracionales. El disponer de un BMW, un Mercedes o un Audi, por ejemplo, es sinónimo de estatus. La calidad, el reconocimiento y la marca se pagan caros, y de ahí que muchos compradores sólo puedan acceder a la gama de acceso. Los modelos de segmentos superiores disparan su precio de venta, resultando muchos de ellos inasequibles a un público mayoritario. Deshacerse de los modelos que la gente compra mayoritariamente puede resultar excesivamente arriesgado, y de ahí que en BMW no entiendan la estrategia de sus rivales.
"No vamos a abandonar el segmento de mercado inferior. Incluso si se considera un fabricante premium, es un error abandonar el segmento de mercado inferior; ese será el núcleo de su negocio en el futuro", más claro, agua. En BMW la apuesta está dividida. Por un lado saben que los eléctricos irán ganando cuota de ventas, de hecho cada modelo nuevo que se lance al mercado tendrá una variante 100% eléctrica, como ha ocurrido con el BMW X1 y el BMW iX1, pero los precios limitarán el acceso a muchos compradores, que seguirán apostando por enfoques más tradicionales.
A este respecto, el director financiero de BMW aseguró la semana pasada que aunque esperan que las ventas de eléctricos se dupliquen a finales de este año, los datos anuncian que la inflación y las tasas de intereses pesarán sobre los pedidos, principalmente en Europa. El coche eléctrico sigue siendo caro, y nada indica que vaya a bajar sus precios a corto plazo. Sólo el tiempo dictará sentencia de qué compañía lleva la razón, aunque puede que las dos sean acertadas o erróneas.