El Ejército de Estados Unidos ha estado probando vehículos eléctricos durante algún tiempo con el objetivo de electrificar su flota logística y mejorar la movilidad y el alcance. Con las conclusiones de estas pruebas individuales preparará una propuesta de viabilidad técnica y comercial que estudiará las posibilidades de las diferentes tecnologías de electrificación y el proceso de transición que se requeriría. Sin embargo, según el director de Army Futures Command, el comando del Ejército de los Estados Unidos destinado a su modernización, asegura que el proceso debe avanzar mucho más rápido.
En el escenario militar en el que se mueven los ejércitos, la electrificación ofrece oportunidades para simplificar la complicada logística a la que se enfrentan y mejora su movilidad y alcance. Eric Wesley, teniente general del ejército de los EE.UU. y director del Army’s Futures and Concepts Center, asegura en una entrevista a la revista Defense News, que el ejército americano llega tarde a este proceso: “Todas las naciones con las que trabajamos ya han decidido electrificar sus flotas. En este momento, en términos de transición, tenemos algo de investigación y desarrollo en marcha y podemos construir prototipos”. Además, toda la industria automotriz se está electrificando, por lo que al ejército tendrá que hacer lo mismo o arriesgarse a tener problemas no solo para sustituir los vehículos, sino con la cadena de suministro de piezas de repuesto.
La electrificación ofrece varias ventajas. Por un lado, facilitaría el suministro de energía a la toda la variedad de dispositivos de alta tecnología de los que depende un ejército moderno. "Tenemos que operar de forma distribuida, lo que significa que debemos asegurar que la energía esté fácilmente disponible", dijo Wesley. La electrificación permite tener acceso a la energía y distribuirla no solo al vehículo sino a todos los sistemas electrónicos.
El URO Vamtac, un 4x4 eléctrico de autonomía extendida para usos militares prbado por el ejército español.
Reducir el número de piezas susceptibles de estropearse también sería un beneficio. El general señaló que un vehículo eléctrico tiene solo unas pocas docenas de piezas móviles, mientras que un vehículo de combustión tiene miles de ellas. Además, el silencio de los vehículos eléctricos y la baja producción de calor reducen las probabilidades de que sean detectados por las fuerzas enemigas.
Entre los vehículos que han formado parte del su programa de pruebas está un Chevrolet Colorado híbrido, una pick-up de tamaño mediano equipada con una celda de combustible de hidrógeno y un motor eléctrico, pero que no fue modificada ni reforzada para adecuarse a un entorno tan hostil como este.
“Comprar un vehículo de Tesla y adaptarlo a la flota es fácil”, asegura Wesley, pero “el Ejército tiene que pensarlo mucho más”. El proceso debe adaptarse a una transición constante. Por eso, Wesley está preparando actualmente una propuesta que abordará los detalles del proceso de electrificar el servicio logístico. El informe incluirá el aspecto económico, con una propuesta comercial para la electrificación, discutirá su viabilidad técnica y describirá el proceso de transición.