Con el lanzamiento del Mercedes-Benz EQS eléctrico, Daimler ha demostrado su compromiso con los coches eléctricos y todos los retos que ello conlleva, lo que también incluye el desafío a nivel de recursos humanos. Si bien ya ha dejado claro que para 2039 pretenden haber dejado de depender de los combustibles térmicos, anuncian que tampoco quieren ponerles una fecha de caducidad que conlleve una muerte prematura, ya que agravaría la situación laboral.
Sobre el desafío que conlleva la entrada del coche eléctrico en cuanto a recursos humanos se ha pronunciado el CEO de la compañía alemana en una última entrevista concedido a The Financial Times, y de la que desde Automotive News Europe se han hecho eco.
En ella, el directivo Ola Kallenius ha dejado claro que esta aumento de protagonismo comercial de los coches eléctricos puede conllevar un precio alto a pagar, pues por el camino se podrían perder múltiples puestos de trabajo. El director ejecutivo del gigante alemán mencionó que la alta demanda de coches puramente eléctricos en Europa ha alentado enormemente a la compañía a acelerar su transición hacia convertirse en un fabricante de vehículos eléctricos.
Este rápido crecimiento es un factor que contribuye de manera sustancial al objetivo del grupo de ofrecer una gama completa de vehículos neutros en carbono para finales de la próxima década, no obstante, mientras tanto darán salida a coches diésel y gasolina como manera de financiar todo la tecnología que la inminente oleada de coches eléctricos que está por venir necesita.
El último en llegar a la gama de coches eléctricos de Mercedes, además del recién presentado EQS, es el Mercedes EQA. Un SUV eléctrico que pudimos probar durante la semana pasado y del que ya tenéis nuestras impresiones en esta prueba escrita.
Así pues, el directivo ve una tendencia clara del mercado gracias a la cual no necesita llevar a una muerte prematura los combustibles fósiles. Si atendemos a las cifras de ventas de coches eléctricos e híbridos que está cosechando la empresa durante este año, el crecimiento con respecto al año anterior es palpable. La compañía alemana ha vendido a nivel global y hasta finales de marzo más de 16.000 coches eléctricos, a lo que debemos sumar 43.000 híbridos enchufables. De manera conjunta esto significa que lo anterior representa el 10 por ciento de las ventas a nivel internacional de Mercedes-Benz.
Paquete de baterías del Mercedes-Benz EQA eléctrico.
Es por este crecimiento que aunque lento es constante, por lo que la firma alemana no quiere adelantarse a ninguna otra cesando su actividad en torno a combustibles fósiles, con lo que potencialmente se aseguran un mayor margen de actuación en lo relativo a recursos humanos. El punto de vista de Mercedes ahora es, pues, dejar que el mercado dicte sentencia a los combustibles fósiles, aunque para 2039 prevén haber cumplido de sobra con su objetivo.
No obstante sigue habiendo un debate que cada vez cobra más protagonismo sobre cómo la electrificación hará que un gran número de puestos de trabajo en la industria de la automoción dejen de ser esenciales. Según admitió el CEO de la firma, ensamblar un tren de potencia eléctrico requiere menos trabajo que uno de combustión, y concluyó que los fabricantes de automóviles europeos han de tratar este tema con suma prioridad.
Según Automotive News Europe, la transición hacia los vehículos eléctricos puede dar lugar a una complicada tesitura laboral si los fabricantes no prevén una transición también de sus recursos humanos. Joerg Hosmann, el presidente de IG Metall, ha advertido sobre esto mismo al sindicato de trabajadores metalúrgicos que más cuota de mercado tiene en Alemania y así como también al sindicato industrial más grande de Europa. Comentaba que el cambio a la producción de vehículos eléctricos puros podría resultar en que más de 100.000 puestos de trabajo en la industria para 2025 fuera innecesarios.