La empresa estadounidense Solid Power ha logrado recaudar 20 millones de dólares en su última ronda de financiación, lo que permitirá a la compañía ampliar y automatizar la producción de baterías de electrolito sólido en una nueva instalación. La nueva fábrica finalizará su construcción antes de que finalice 2018 y estará a pleno rendimiento en 2019.
Entre los inversores que han confiado en esta empresa están Hyundai Cradle, Samsung Venture Investment, Sanoh Industrial, Solvay Ventures y A123 Systems.
Solid Power es una de las empresas punteras en la investigación y desarrollo de baterías de litio en estado sólido. La empresa, a través de su innovadora tecnología, ha generado un interés sustancial en la industria del automóvil, ya que sus baterías proporcionan mayor densidad energética, fiabilidad y seguridad en comparación con las baterías de iones de litio de última generación.
Según su CEO, Doug Campbell, "las baterías de estado sólido constituyen un elemento de cambio para muchos mercados: los vehículos eléctricos, la electrónica, la defensa y los dispositivos médicos". Además de sus ventajas en cuanto a rendimiento, coste y seguridad "la tecnología de Solid Power está lista para revolucionar la industria con un producto competitivo", ha añadido.
En septiembre de 2017, Solid Power ya anunció su a asociación con A123 System, que ahora ha vuelto a confiar en la compañía. Unos meses después, en diciembre de 2017, BMW Group se asoció con Solid Power para desarrollar conjuntamente las baterías de estado sólido especialmente diseñadas para los vehículos eléctricos del fabricante alemán y adaptar sus tecnologías a las necesidades de sus próximos modelos.
Prototipo de celda de batería de electrolito sólido de BMW.
Características de las baterías de Solid Power
La tecnología de las baterías de electrolito sólido combina un cátodo y un ánodo metálico y una capa de electrolito de litio sólida e inorgánica entre ambos. Según Solid Power, su densidad energética duplica o triplica la de las baterías de iones de litio con electrolito líquido, que son el estándar actual de la industria.
Al cambiar el electrolito líquido, volátil, inflamable y corrosivo, por un polímetro plástico que puede funcionar a temperatura ambiente, se reducen los costes de producción. Ello permite prescindir de muchos de los sistemas de seguridad que requieren las baterías actuales, con lo que se abaratan los costes. También se eliminan el sistema de enfriamiento y el sistema de contención de líquidos, lo que simplifica el diseño de las celdas, los módulos y el paquete completo de batería. Esta simplicidad facilita la automatización del proceso de producción mediante el sistema de procesamiento roll-to-roll que se utiliza habitualmente en la industria de la electrónica.