La organización Transport & Environment (T&E) ha denunciado que España "no hace el esfuerzo necesario" para conseguir reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el sector del transporte público por carretera.
Así, según un informe de T&E, la penetración de los nuevos autobuses urbanos de cero emisiones se ha reducido a la mitad entre 2019 y 2020, pasando de una cuota sobre el conjunto de las matriculaciones de autobuses del 8,5% en 2019 al 4% en 2020.
En relación con el menor peso de los modelos de cero emisiones sobre el conjunto de las ventas de autobuses urbanos en España, el documento apunta que uno de los factores que ha motivado esta situación ha sido la adquisición de vehículos de gas, que ha copado más de la mitad de las entregas totales del segmento, algo que desde T&E consideran como un "error".
Según el informe, liderando la adquisición de este tipo de modelos de transporte urbano sin emisiones se encuentran Países Bajos, donde el 81% de las matriculaciones de autobuses no emite nada durante su uso, por delante de Luxemburgo (51%) y de Polonia (28%).
En el lado opuesto, los países con las penetraciones más reducidas de ventas de autobuses urbanos cero emisiones sobre el total de entregas son Grecia e Irlanda, con un 0% ambas, así como Suiza y Austria, con un 2% cada una, y Bélgica, con una cuota del 3%.
Sin embargo, en el conjunto del mercado europeo, la cuota de las matriculaciones de este tipo de vehículos cero emisiones está creciendo, aunque en 2020 estos modelos solo representaron el 16% del total de las entregas, frente al 12% de 2019.
"Es una buena noticia, pero la Unión Europea debe comprometerse con un objetivo de ventas de autobuses de cero emisiones al 100% para 2026 o 2027, según la directiva europea de CO2 para vehículos pesados", ha explicado el portavoz de T&E, Carlos Bravo.
Pese a ello, la organización critica la elevada demanda que registran los autobuses impulsados por gas. Así, recuerda que Francia es el país que más autobuses de gas adquiere, con más de 1.000 unidades, lo que representa más de la mitad de las nuevas matriculaciones.
T&E explica que se ha demostrado que el gas natural licuado (GNL) es "un callejón sin salida" desde el punto de vista climático, puesto que el metano, su principal componente, tiene un potencial de calentamiento atmosférico mucho mayor que el CO2.
Además, señala que la combustión del gas natural produce una elevada emisión de material particulado, nociva para la salud, incluyendo las partículas ultrafinas que penetran en el cuerpo y están relacionadas con tumores cerebrales.
Los autobuses de gas representaron a cierre de 2020 el 20% de las ventas totales de autobuses en Europa, frente al 13% de 2019, y todavía hay países como Irlanda o Grecia donde el 100% de sus autobuses utilizan motores diésel.