Proterra es una compañía norteamericana especializada principalmente en tecnología para vehículos eléctricos. Su historia se remonta hasta hace algo más de 19 años, ya que a principios del próximo verano habría cumplido su segunda década. Sin embargo, un importante número de situaciones adversas han dado como resultado su declaración en bancarrota.
En los últimos años, la compañía ha mostrado importantes avances tecnológicos, como el lanzamiento de su autobús ZX5 Max eléctrico o sus innovadores paquetes de baterías que han alimentado incluso a los camiones de Nikola y Volta. A esto también se suman sus propios vehículos eléctricos, así como los motores cero emisiones que mueven también a los modelos de otras compañías. Algunos de ellos ya cuentan con más de 160.000 kilómetros en su odómetro. Entonces, si aparentemente todo iba viento en popa para Proterra, ¿qué ha determinado su bancarrota?
Según apuntan desde Reuters, el pasado lunes por la noche Proterra se declaraba en bancarrota ante el NYSE (la bolsa de Nueva York) de manera voluntaria y declarando unos activos y pasivos de entre 500 millones y 1.000 millones de dólares. Según apuntan las fuentes, su valor de mercado en ese momento rondaba los 362 millones de dólares, un total que se redujo casi a la mitad después de anunciar públicamente su bancarrota.
El culpable principal de esta declaración ha sido, como suele suceder, la falta de financiación y fondos con los que poder mantener el desarrollo y producción de los vehículos y componentes eléctricos de la empresa. Es cierto que hace tan solo unas semanas, Proterra se encontraba de celebración tras la inauguración del centro de recarga para autobuses eléctricos más grande de América del Norte. Sin embargo, los problemas financieros llevan sonando en la compañía desde hace varios meses, por lo que, en el fondo, esto no ha cogido por sorpresa para nadie cercano a la firma.
Ya a comienzos de 2023, la compañía comunicaba importantes cambios en su distribución de personal y sus fábricas. Con esto, también llegó un relevante recorte en el personal con la intención de reducir los costes de la empresa. Sin embargo, las limitaciones en la cadena de suministro, la poca demanda y la alta cantidad de fondos necesarios, han hecho que Proterra tenga que tomar esta decisión. “Hemos enfrentado varios vientos en contra del mercado macroeconómico que han afectado a nuestra capacidad de escalar de manera eficiente”, puntualizó Gareth Joycce, CEO de Proterra, en su comunicado.
No obstante, a pesar de declaración de bancarrota y la solicitud de ayuda y protección a empresas que tiene el Gobierno estadounidense ante estos casos, Proterra continuará operando su negocio como de costumbre hasta acabar con sus activos económicos. Ante esta situación, la compañía espera una respuesta pronto sobre la recepción de dichas ayudas. También mantienen la esperanza de que un inversor externo quiera comprar la compañía. “Sería una auténtica lástima ver cómo una empresa del calado de Proterra y sus casi 20 años de historia se echan a perder ahora. Esperamos la llegada de fondos externos”, afirmó un responsable de la compañía ante los medios.