Las estaciones de carga ultrarrápida de vehículos eléctricos, aquellas que permiten recargar a potencia elevada en corriente continua,están en continuo crecimiento. Su ubicación más habitual son las autopistas y autovías, donde, de la misma forma que las clásica gasolineras, los conductores se detienen para recuperar en poco tiempo un amplio porcentaje de su autonomía. Sin embargo, en el plano de la movilidad urbana no son tan habituales, a pesar de ser esenciales para poder disponer de un medio de transporte público eléctrico, público y eficiente. Así lo creen en Alemania donde ha comenzado la instalación de superestaciones de carga capaces de alcanzar los 240 kW de potencia.
Este tipo de soluciones permite ganar una porción importante de la autonomía con tan solo unos minutos de carga. En la ciudad de Bensheim ya está siendo objeto de pruebas lo que se conoce como proyecto «Buffered-HLL». Se trata de una estación de carga que se sitúa en puntos concretos con el objetivo de incrementar la autonomía de sus autobuses eléctricos en muy pocos minutos. Más concretamente, el objetivo de esta tecnología es que estos vehículos pasen un total de 150 segundos conectados a la red.
Una superestación eficiente para autobuses eléctricos que puede ser un éxito
La carga ultrarrápida permite que, en muy poco tiempo, se pueda recuperar un alto porcentaje de la autonomía total de un autobús eléctrico urbano, que suelen tener baterías muy grandes. De esta forma, pueden cubrir las necesidaes del servicio diario con unos timepos de parada mínimos, lo que contribuye a su eficiencia y rentabilidad. Esta es la apuesta que se ha querido aprovechar en la ciudad de Bensheim mediante el proyecto Buffered-HLL.
Este cargador ha sido desarrollado por la empresa Adaptive Balancing Power que ha desarrollado un sistema de almacenamiento intermedio con volante de inercia para acelerar la carga de autobuses eléctricos de manera más rápida, flexible y, además adaptarña a la demanda.
Utiliza una tecnología mecánica de almacenamiento intermedio empleando la rotación de un volante de inercia. Este sistema captura su energía cinética para posteriormente, transferirla mediante un pantógrafo. Se utiliza un vehículo eléctrico VDL Citea LLE 99 de VDL que realiza paradas en la estación de ferrocarril de Bensheim cada 30 minutos aproximadamente.
La potencia de recarga que se obtiene alcanza los 240 kW que es enviada al autobús durante 150 segundos. Este corto tiempo de recarga extiende significativamente la autonomía de la batería y proporciona ventajas en términos de eficiencia, tanto por la reducción del tamaño de las baterías de los vehículos como por la continuidad en las rutas sin interrupciones. Cada parada es suficiente para completar todo el trayecto. Si el proyecto previsto para el próximo año concluye con éxito este modelo de infraestructura se extenderá a otras regiones.
Adaptive no emplea ninguna química y más del 95 % de sus componentes libres de tierras raras. Además, el sistema de almacenamiento tiene una vida útil de 25 años y es prácticamente reciclable en su totalidad, alineándose así con los principios de la economía circular.