La aviación es la causante del 2% de las emisiones contaminantes causadas por el ser humano, por lo que es necesario llevar a cabo cambios para revertir esta situación. Y aunque los aviones eléctricos o basados en hidrógeno pueden ser una solución, lo cierto es que su desarrollo aún requerirá varios años de trabajo. Entre tanto, y como alternativa a estas fuentes de energía sostenibles, un equipo de profesionales ha experimentado con la creación de un combustible que toma como base los excrementos humanos.
El combustible para aviones creado a base de excrementos humanos es ya una realidad
Un equipo de investigadores que trabaja para la compañía Firefly Green Fuels, con James Hygate a la cabeza, ha conseguido crear un combustible que tiene unas propiedades muy parecidas a las del queroseno. Teniendo en cuenta el origen de su diferenciación, llama particularmente la atención su huella de carbono, la cual resulta ser hasta un 90% inferior a la del propio carburante característico del sector. Se trata, por tanto, de una opción que puede tener un gran potencial en los próximos años.
A la hora de comenzar la investigación, se tomaron distintas posibles vías de desarrollo, optándose por las propiedades de los excrementos humanos. La gran cantidad de excedente presente en todo el mundo permitía contar con múltiples pruebas y ensayos, lo cual ha demostrado ser la mejor opción. La realización de pruebas independientes y otras llevadas a cabo por organismos reguladores de aviación han llegado a la conclusión de que el resultado de este combustible es muy parecido al queroseno calificado como A1.
La fórmula del éxito parece mantenerse en secreto, pero lo cierto es que su viabilidad comercial puede tener un gran sentido. Los cálculos formulados por el Director Ejecutivo se sostienen sobre la base de una generación de excrementos humanos por valor de 4 a 5 litros de combustible por persona/año, de acuerdo con la BBC. En caso de un vuelo transatlántico, se requerirían aguas residuales de hasta 10.000 personas al año, siendo el doble en caso de un viaje de ida y vuelta.
Teniendo en cuenta que existen obligaciones legales de establecer un mínimo porcentaje de combustible procedente de fuentes sostenibles, los excrementos humanos se sitúan como una alternativa con un gran potencial de estudio en los próximos años. La empresa Firefly Green Fuels continuará la realización de estudios con el objetivo de incrementar la eficiencia de su tecnología para la posterior mejora de la competitividad frente a otros combustibles ecológicos.
La compañía, cuya sede se sitúa en Gloucestershire, Inglaterra, ha obtenido financiación pública por valor de dos millones de libras esterlinas para profundizar en la innovación lograda. El próximo objetivo consistirá en escalar el negocio para poder disponer de combustible basado en excrementos humanos a lo largo de los próximos años.