La aviación es responsable del 2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero generadas por actividades humanas. Por lo tanto, es crucial implementar medidas para reducir este impacto. Aunque la tecnología de aviones propulsados por baterías o hidrógeno podría ser una solución a largo plazo, su desarrollo completo aún necesita varios años de desarrollo para ser viable técnica y económicamente.
El transporte aéreo está investigando opciones distintas para lograr la descarbonización y la neutralidad de carbono, similar al uso de baterías, con la finalidad de proporcionar alternativas que contaminen menos que las soluciones existentes. Como una opción provisional, los biocombustibles se presentan como una alternativa viable e inmediata hasta que la tecnología eléctrica esté lista.
Uno de los motores de reacción más avanzados se pasa al empleo de combustible ecológico
El motor V2500 es un motor a reacción tipo turbofán. Un ventilador en la parte frontal divide el aire entrante en dos flujos: el flujo primario, que entra al núcleo del motor (compresores y turbinas), y el flujo secundario o derivado, que pasa por un conducto anular exterior al núcleo.
Diseñado por International Aero Engines (IAE) se monta en aviones de la familia Airbus A320 (A320, A321, A319 y el Airbus Corporate Jet), el McDonnell Douglas MD-90 y, más recientemente, el Embraer KC-390. Este motor fue desarrollado por un consorcio de fabricantes que incluye a Pratt & Whitney, Rolls-Royce, Japanese Aero Engines Corporation y MTU Aero Engines.
El V2500 se caracteriza por ser un motor de alto bypass, de dos ejes y ha sido recientemente probado con éxito utilizando un 100% de combustible de aviación sostenible (SAF-Sustainable Aviation Fuel, por sus siglas en inglés), marcando un paso importante hacia una aviación más verde.
SAF, la alternativa inmediata mientras llega la electrificación
El SAF es un tipo de combustible utilizado en aviones a reacción que ha sido certificado como sostenible por entidades independientes de reconocido prestigio. Este combustible se somete a un riguroso proceso de homologación para asegurar que sus características físicas y químicas son casi idénticas a las de los combustibles fósiles, permitiendo así su uso seguro en la flota mundial existente sin necesidad de adaptaciones en las aeronaves o en la infraestructura de suministro.
Los SAF pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 80% a lo largo de su ciclo de vida en comparación con los combustibles fósiles tradicionales. Se producen a partir de materias primas renovables como residuos orgánicos, aceite de cocina usado o grasa animal, y son una solución inmediata para la descarbonización del transporte aéreo, ya que pueden implementarse sin cambios en los motores existentes.
Además, ofrece ventajas como menor ruido y un ahorro de combustible de alrededor del 3% para los aviones de la familia A320ceo, lo que resulta en un ahorro importante en los costes de operación de los vuelos.
Ha sido la empresa IAE (International Aero Engines) la que ha logrado este significativo avance. Según su comunicado, el éxito de las pruebas realizadas indica que los motores V2500 pueden desempeñar un papel clave en la promoción de una aviación más ecológica en el futuro. Esto es especialmente relevante considerando que el tráfico aéreo contribuye de manera importante a la contaminación global.
Actualmente, cerca de 3.000 aeronaves operan con motores V2500. Si se logra que todos ellos utilicen combustible SAF, representaría un avance significativo para alcanzar la meta cero emisiones netas para el año 2050, un compromiso establecido por las principales naciones del mundo.