Con la industria del motor encaminada al unísono en una sola dirección, el sector de la aviación resulta mucho más complejo de electrificar. Las grandes aeronaves que existen hoy en día son capaces de recorrer decenas de miles de kilómetros sin parar a repostar. El poder volar más lejos es el sueño que siempre ha añorado el ser humano. Los primeros proyectos de aviación eléctrica siempre resultan difíciles, pero el objetivo de descarbonizar los cielos es real. Airbus, en colaboración con otros socios de la industria, ya ha presentado un modelo real y funcional de su EcoPulse, su primera aeronave impulsada con baterías.
El mundo de la aviación transcurre a un ritmo muy diferente al de los automóviles. No es lo mismo desarrollar un coche, que un avión. Aunque ambos vehículos son complejos, la aviación cuenta con exigentes protocolos de seguridad y resistencia. Airbus es, junto con Boeing, una de las dos grandes figuras de la industria. Ambas compañías trabajan paralelamente en sus primeros desarrollos eléctricos, aunque ninguna ha conseguido llevar ningún aparato al mundo real. Todavía no, pero todo llegará.
El proyecto del EcoPulse arrancó hace ya unos años. En 2019, se sentaban las bases de un objetivo que hoy ya es palpable. A lo largo de estos años de desarrollo hemos podido conocer detalles interesantes sobre la aeronave, como las fundamentales pruebas en el túnel de viento, sin embargo, hoy ese avión prototípico es una realidad. El Salón Aeronáutico de París será el escenario donde se presente en sociedad. Un paso previo al de su primer vuelo oficial, que, si todo sale como está previsto, tendrá lugar a finales de este mismo año.
Daher, Safran y Airbus, colaboradores del proyecto, han estado muy atareados con el EcoPulse y el desarrollo de ingeniería que se esconde detrás. La aeronave cuenta con seis e-Propellers conectados. Cada una de las unidades cuenta con una hélice de tres palas unida a un innovador motor eléctrico ENGINeUS de 50 kW alojado en una cápsula inmediatamente detrás. Los primeros vuelos de prueba, realizados en la base de desarrollo de Tarbes, en Francia, han permitido a los pilotos tener una toma de contacto con todo el sistema. Han centrado su atención en la aerodinámica, la inercia adicional o en otros efectos resultantes del cambio de propulsión.
Tras completar estas primeras etapas de control, el próximo objetivo es hacer una demostración de vuelo real. Será entonces cuando el proyecto realmente despegue, nunca mejor dicho. La batería es suministrada por Airbus. No se han aportado detalles concretos sobre ella, a excepción de su alto voltaje, alrededor de 800 voltios en corriente continua. El reto de los diseñadores ha sido crear una pila ligera, compacta y que, a su vez, ofrezca una elevada densidad, cumpliendo todo ello con la normativa medioambiental promovida por la Unión Europea. Otro gran reto ha sido el desarrollar todo el sistema eléctrico que controla la gestión de la energía como los múltiples sistemas de vuelo integrados.
Airbus y sus socios están encantados con el estado actual del proyecto. En unos días el EcoPulse viajará a la capital francesa para mostrarse al mundo como el revolucionario aparato que es. Tras cumplir con tan protocolario escenario, los ingenieros seguirán trabajando a destajo para poder completar el primer vuelo oficial y registrado del avión eléctrico de Airbus. Eso no quiere decir que entre pronto en servicio, porque no será así. Ni Airbus se atreve a dar una fecha de comercialización, pero todo lo aprendido con el EcoPulse servirá de adelanto para las aeronaves del futuro.