Uno de los hitos que más relevantes puede tornarse en los próximos compases es la vuelta a la actividad de la fábrica que Nissan dejó vacía en Barcelona gracias a la vuelta de la española Ebro al panorama de la producción de coches. Anunciada en principio como una marca independiente y enfocada en la movilidad sostenible, la empresa se ha acabado asociando a Chery para producir, de momento, dos SUV en España, de los cuales uno no tiene nada de eléctrico.
Si la marca en 2023 anunciaba que habían adoptado un enfoque "sostenible y apostando decididamente por la movilidad 100 % eléctrica", la realidad es que su producto más vendido, probablemente también el más barato, va a ser un SUV del tamaño del Toyota RAV4 con un motor de gasolina.
Y es que Ebro producirá en la fábrica que Nissan dejó huérfana en Barcelona dos SUV heredados de manera directa del porfolio de productos de Chery, los Tiggo 7 Pro y Tiggo 8 Pro. La marca los ha denominado S700 y S800, y son, de manera respectiva, un C-SUV y un D-SUV, por lo que la marca se ha centrado en dos categorías de gran peso comercial en Europa y una de las que mayores márgenes de beneficio da a su fabricante entre los turismos de producción en masa.
De estos dos modelos, y aunque sigue sin ser 100 % eléctrico, es cierto que el primero se ha anunciado únicamente con una mecánica híbrida enchufable que promete lograr unos 80 kilómetros de autonomía con una carga completa de su batería, pero el segundo y de mayor tamaño, el S800, está propulsado por un motor turboalimentado de gasolina que no tiene ningún tipo de asistencia eléctrica.
Lo anterior derivará, sin duda ninguna y siempre en caso de que la marca consiga poner en producción y comercialización estos dos coches en España, a que el modelo más vendido de su catálogo de productos no será eléctrico, ni tan siquiera híbrido enchufable, sino térmico puro, ya que por precio el S800 será más asequible que el S700, ofreciendo además mucho más practicidad gracias a su tamaño (4,72 metros), por lo que también puede ofrecer hasta 7 plazas de asientos.
Sea como fuere, lo cierto es que Ebro tiene ante sí la complicada tarea de dar inicio a la producción (o ensamblado, está por ver) de estos dos coches, algo para lo que tiene antes que adaptar las líneas de producción de su fábrica en la Zona Franca de Barcelona, donde también pretende fabricar la pick-up eléctrica con la que se inició el proyecto de la nueva marca, así como una furgoneta eléctrica de pequeño tamaño.
Estos dos últimos modelos estarán basados en las Nissan Navara y NV200, cuyas herramientas y útiles de fabricación están ahora en posesión de Ebro tras haberse hecho con la explotación de la fábrica que Nissan abandonó el pasado año.