Desde el principio, Elon Musk tenía muy claro cómo dirigir la compañía que fundó a principios de siglo. El magnate americano sabía que Tesla Motors era algo más que un fabricante de coches eléctricos y así ha sido. La compañía es hoy por hoy la referencia en la movilidad sostenible. Sus pasos han modificado la estructura y la mentalidad de una industria poco dada a los cambios. Musk ha sabido conducir los pasos y, aunque todos hablan de sus coches, los analistas saben dónde está el verdadero éxito de una compañía que hoy vale cientos de miles de millones de dólares.
El Tesla Model 3 y el Model Y han hecho de la movilidad eléctrica una realidad. Coches que se venden por millares y que han llegado a ser los modelos más vendidos a escala mundial. Pocos, por no decir nadie, podían prever semejante cambio en un sector centenario. La revolución Tesla ha tenido lugar en una década y todavía no se ha visto todo. El Tesla Model 2 está llamado a ser el coche eléctrico que dé la puntilla a la gasolina. Todavía hay muchos detalles que se desconocen sobre él, pero de cumplirse las promesas podríamos estar hablando del coche más importante de este siglo.
No debemos adelantar acontecimientos, así que centrémonos en el presente y en la realidad. Paralelamente a los coches, Tesla ha levantado un emporio de recarga. Los famosos supercargadores son, de lejos, la infraestructura más eficaz y segura del mundo. Durante años, sólo los usuarios de la compañía podían acceder a los puntos, pero desde hace poco más de un año, Musk tomó la decisión de abrirla al resto de marcas y usuarios, lo que ha disparado las cifras de valor de la red. Un analista ha calculado cuál es el valor actual de la división y la cifra no dejará a nadie indiferente.
Antes de dar el dato, hay que analizar otro dato importante. Actualmente, en Estados Unidos, se libra una batalla por la estandarización de la red de carga para eléctricos. Tesla ofrece su fiable sistema NACS, mientras que muchas otras compañías apuestan por el formato CCS. Tras muchos tiras y aflojas, hace unas semanas, Ford dio un paso definitivo en la pelea al pasarse al lado de Tesla. Posteriormente, otros grandes fabricantes como General Motors han dado también el salto. Todo el mundo da por hecho que el sistema NACS se va a convertir en el estándar de carga para Norteamérica.
Una vez más, esto ha hecho que el valor de la red de carga de Tesla se haya disparado. Ante la duda, Adam Jonas, de Morgan Stanley, uno de los principales analistas de Tesla, ha tratado de estimar qué valor puede tener la red de Supercargadores si Tesla decide producir y almacenar su propia energía solar para alimentar sus cargadores. En el mejor de los escenarios la red podría llegar a tener un valor de 100.000 millones de dólares, registrando unas ganancias netas de más de 3.000 millones en el año 2030. Obviamente, ese es el caso más favorable, situación que sólo se daría en caso de monopolio comercial, algo que no se producirá fácilmente.
