El mercado es inestable. Las ventas de coches eléctricos siguen sin despegar a excepción de China. Polestar está llamada a ser una de las principales marcas protagonistas del mercado, pero, por el momento, los planes no están sucediéndose como se esperaba. Las proyecciones no se están cumpliendo y ante semejante escenario, Polestar decidió cambiar de rumbo el verano pasado. Thomas Ingenlath, CEO de Polestar desde su fundación como marca independiente, dejó su paso a Michael Lohscheller. El alemán tiene que aplicar cambios a la empresa, como ya ha advertido en una entrevista al medio inglés Autocar.
Lohscheller (Bocholt, Alemania 1968) cuenta con una larga trayectoria profesional a sus espaldas. Ha estado asociado a la industria del automóvil durante muchos años en compañías como Opel, Volkswagen y Vin Fast, así como Mitsubishi y Nikola Motor, donde ocupó el cargo de presidente entre febrero de 2022 y agosto de 2023. El año pasado, en octubre, tomó las riendas de Polestar. La compañía sueca, hermana de Volvo, está centrada exclusivamente en la movilidad eléctrica. Durante los últimos meses, Polestar ha cambiado no sólo de máximo responsable, también se ha liberado de la unión con Volvo. A día de hoy el Grupo Geely controla las finanzas y las operaciones de la empresa. Los chinos buscan un cambio.
Tras un mal año, Polestar mira al futuro con cambios en su ADN
No se puede negar que Polestar no está cumpliendo con lo prometido. Durante muchos años los suecos se han centrado exclusivamente en el desarrollo y la producción de coches eléctricos. Tras un 2024 no muy positivo, el objetivo para este 2025 es encontrar la rentabilidad. Los Polestar 3 y 4 son los últimos integrantes de una familia que durante años ha estado apoyada en el Polestar 2. Hoy sabemos que el crossover seguirá con vida mucho más allá de lo esperado. Contra todo pronóstico, se lanzará una segunda generación completamente nueva. Polestar apuntalará su estrategia eléctrica en el segmento de los compactos con el lanzamiento del Polestar 7 en unos años. Su llegada está prevista para 2028.
Durante la ya mencionada entrevista, Lohscheller ha dejado claro que “hay muchas cosas que deben cambiar”. La compañía debe no sólo buscar la rentabilidad, sino encontrar su hueco en el mercado internacional. La semana pasada, el propio Lohscheller declaró su intención de posicionarse como la “alternativa” a Tesla tras el cambio de rumbo tomado por su CEO, Elon Musk. El empresario americano es una fuente inagotable de conflictos y polémicas. Muchos de sus seguidores más acérrimos están viendo un Musk que no les gusta. Es ahí donde Polestar quiere ingresar. Una alternativa efectiva que demuestra su buen hacer en materia eléctrica.
Si bien los Polestar siempre ocupan los primeros puestos en todos los análisis y comparativas realizados en todo el mundo, Lohscheller sabe que necesita aportar algo más al mundo, aunque no podemos esperar un cambio radical. La imagen de la compañía y de sus coches va a cambiar. "No se trata de una renovación importante, sino más bien de un cambio de vestuario exitoso". El aspecto de sus coches eléctricos se hará más robusto. Lohscheller ha declarado: “En varios mercados, como en Escandinavia, esto funciona, pero me gustaría un poco más de confianza". El mismo estilo en Estados Unidos no convence y por eso Polestar retocará su ADN creativo para adaptarse a más territorios. Polestar ha ‘robado’ a Audi su diseñador jefe.