Las tradicionales máquinas diésel que se emplean en las obras de construcción están empezando a ser sustituidas por equipos eléctricos, puesto que frente a ellas ofrecen varias ventajas. En primer lugar, reduce los gastos operativos relacionados con el consumo de combustible y el mantenimiento lo que proporciona una ventaja competitiva a las empresas de construcción permitiendo predecir los costes y optimiza el rendimiento.
Además hay razones relacionadas con la salud de los trabajadores al eliminar el humo que respiran continuamente y el ruido de los motores. Esto implica además una reducción de emisiones contaminantes que supone el uso de energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles, disminuyendo la huella de carbono mejorando la sostenibilidad.
Comparando la excavadora eléctrica con la diésel
El gigante minero australiano Fortescue ha estado probando una excavadora eléctrica durante los últimos tres meses. En una fase inicial, ha funcionado a capacidad parcial para facilitar que el equipo de la obra se familiarizara con ella. Posteriormente, la excavadora eléctrica ha comenzado a funcionar a pleno rendimiento y ya ha movido un millón de toneladas de roca desde que entró en funcionamiento. La empresa asegura que el rendimiento de la excavadora continúa mejorando superando a su equivalente diésel.
Fortescue ha trabajado con Liebherr para sustituir los sistemas de propulsión de varias excavadoras diésel a sistemas eléctricos. Oliver Weiss, vicepresidente ejecutivo de minería de Liebherr, explica que el diseño modular de los equipos Liebherr hace posible modificar las excavadoras diésel existentes a configuraciones cero emisiones con sistemas de propulsión eléctricos. "Esto significa que los equipos diésel que los clientes compran hoy están preparados para el futuro", añade.
La empresa está probando dos formas diferentes de implementar la maquinaria eléctrica en las obras. La máquina que se utiliza en la ciudad inglesa de Chichester funciona de manera parcial utilizando una instalación solar. Fortescue ha instalado una subestación de 6,6 kV y más de dos kilómetros de cable de alta tensión.
Cerca de allí, en Christmas Creek, ha instalado una unidad de potencia alimentada por una celda de combustible de hidrógeno que, mediante un sistema de cable alimenta una excavadora eléctrica Liebherr R 9400, originalmente diésel, y ahora reconvertida a eléctrica.
En total planea implementar más de 1 GW de energía solar, 1 GW de energía eólica y alrededor de 4 GWh de baterías para el almacenamiento. Su propósito es alcanzar las cero emisiones en sus operaciones mineras de hierro. La flota de equipos mineros de la compañía, que paulatinamente será electrificada incluye 80 excavadoras, 350 camiones de transporte y 70 perforadoras.
"Tendremos dos excavadoras eléctricas adicionales en servicio a finales de abril", asegura el director ejecutivo de Fortescue Metals, Dino Otranto. "Una vez que descarbonicemos toda nuestra flota eliminaremos alrededor de 95 millones de litros de diésel anuales de nuestras operaciones".
Fortescue también tiene un prototipo de camión eléctrico para transporte que cuenta con una batería de 240 toneladas. Actualmente, el Roadrunner también está en fase de pruebas y recientemente completó su primera fase superando las expectativas de rendimiento. Fue capaz de transportar 231 toneladas de hierro mientras circulaba alrededor de la pista de pruebas y subiendo y bajando por las rampas de acceso.