La polarización, muy común hoy en día, afecta a todos los ámbitos, incluyendo los vehículos eléctricos. Debido a motivos políticos, económicos y sociales, la transformación profunda que está experimentando la industria automotriz y la movilidad urbana también genera seguidores apasionados en ambos lados del debate, quienes a menudo confunden los hechos con la ficción y son incapaces de desarrollar un criterio propio para evaluar los aspectos positivos y negativos de esta nueva situación.
Porque todo tiene aspectos positivos y negativos, nada es blanco o negro, porque en muchos casos predomina el gris. Cada uno tiene derecho a tener la opinión que quiera según sus circunstancias sobre los vehículos eléctricos, pero hay actitudes y comportamientos que no deben ser permitidos. Es el caso llamado ‘icing’, una palabra derivada del acrónimo ingles ICE (Internal Combustion Engine) para denominar a los vehículos con motor de combustión.
El ‘icing’ retrata a quienes lo ejecutan
Se trata de una práctica que algunos conductores de vehículos de combustión que se dedican a estacionar deliberadamente en las plazas reservadas para los vehículos eléctricos impidiendo a sus conductores que puedan recargar. En Estados Unidos se han registrado varios incidentes de ‘icing’ que han sido publicados en las redes sociales. Uno de los casos más destacados, que se hizo público por primera vez, ocurrió en Hickory, Carolina del Norte, a finales de 2018. En ese incidente, los conductores de tres pickup bloquearon los cargadores de Tesla con sus vehículos mientras insultaban a los propietarios de los automóviles eléctricos.
En España, la normativa exige que todos los edificios destinados a usos distintos al residencial privado, como centros comerciales, supermercados o restaurantes, y que cuenten con más de 20 plazas de aparcamiento, dispongan de puntos de recarga para vehículos eléctricos. La proporción mínima es de un punto de recarga por cada 40 plazas.
Por eso, cualquiera que haya tenido en sus manos un coche eléctrico y haya intentado recargar en los aparcamientos de esas zonas que indica la normativa, generalmente bastante concurridas, habrá podido comprobar que esta práctica es más habitual de lo que parece.
Si bien en algunos casos, pocos, se trata de conductores despistados, en la mayoría son, simplemente, individuos que quieren aparcar cuanto antes y lo más cerca de la puerta. En estos lugares las plazas de recarga suelen estar colocados de manera muy visible, muy cerca del acceso peatonal desde el parking a las tiendas. Por eso, estas personas encuentran muy satisfactorio dejar su vehículo en un sitio tan práctico y no tienen ningún escrúpulo ni se plantean que están perjudicando a otras personas.
Llamamos a RAMBO ?
— carlosfagar (@carlosfagar) March 16, 2024
Además se lo digo a una mujer que delante mío aparca y se va saludando.
Y los trabajadores del parking dicen que están cansados de decirlo……
En EEUU 🇺🇸 y Australia ya se conoce este fenómeno como ICING.
Fuente : en este momento en el parking del mercado… pic.twitter.com/8iMpHRlDnl
La ley no les da impunidad
A esta actitud contribuye la impunidad, puesto que, en la mayoría de las ocasiones, no son sancionados como deberían. De acuerdo con el Real Decreto 6/2015, emitido el 30 de octubre, las plazas de aparcamiento designadas para un tipo específico de vehículo o usuario no pueden ser utilizadas por otros.
Las plazas de aparcamiento designadas para vehículos eléctricos están sujetas a regulaciones tanto en espacios públicos como en áreas privadas, como centros comerciales o restaurantes. Según la Guía Codificada de Infracciones de la Dirección General de Tráfico (DGT), la infracción cometida es la siguiente: “No respetar la señal de estacionamiento reservado para la clase de vehículo indicado”.
La guía establece que las infracciones graves reguladas en los artículos 91 y 94 del Reglamento General de Circulación serán denunciadas. Estos artículos se refieren a la parada y estacionamiento (artículo 91) y a los lugares donde está prohibido parar y estacionar (artículo 94).. La restricción de estacionamiento no se aplica exclusivamente a los vehículos de combustión, ya que un automóvil eléctrico o híbrido enchufable estacionado en una de estas plazas sin recargar su batería puede recibir una multa. Lo mismo ocurre si se excede el tiempo máximo de recarga.
La Ley de Tráfico establece que las plazas reservadas para la recarga de vehículos eléctricos deben llevar la señal S17. Generalmente, esta señal se representa con un dibujo de un coche cargando la batería. En ocasiones, también se indica el tiempo máximo permitido para la recarga.
La multa por estacionar en una plaza de carga para vehículos eléctricos puede ascender hasta 200 € (o 100 € en el plazo voluntario), ya que se considera una infracción grave. Sin embargo, este incumplimiento no conlleva la pérdida de puntos en el carnet de conducir.