Estados Unidos es un vasto imperio de difícil acceso para las marcas extranjeras. Un país marcado por sus brutales diferencias entre las costas y el centro. Resulta muy complicado para una marca ofrecer la solución perfecta con la que triunfar, pero CUPRA cree que tiene todo para poder lograr el éxito donde muchos otros antes han fracasado. Norteamérica es el gran anhelo de sus hermanos de Volkswagen. Un mercado en el que siempre han querido estar, pero en el que nunca han tenido el éxito que esperaban. Todo podría cambiar a partir de 2030.
Como tal, la marca CUPRA nació de la costilla de SEAT. La llegada de Luca de Meo fragmentó la empresa en dos. Por un lado la gama generalista, SEAT, y por otra una marca aspiracional y más deportiva, CUPRA. Si bien muchos no entendieron esta jugada, ha resultado ser de lo más beneficiosa para las arcas de la empresa española. CUPRA es lo que SEAT necesitaba. Sus ventas se han disparado en muchos mercados europeos, entre ellos Austria y Suiza, por ejemplo. Aunque en un principio los productos de ambas marcas apenas se diferenciaban, hoy ya vemos líneas más separadas y definidas. CUPRA ha ampliado su gama con productos exclusivos como sus eléctricos.
Ventas a partir de 2030 con un gran socio colaborador
El Tavascan y el CUPRA Born son hoy por hoy la punta de flecha de la compañía. El compacto ha demostrado ser uno, sino el mejor, de su categoría. Será uno de los modelos que se presenten en Estados Unidos con el desembarco, pero no será el único. En Estados Unidos no sólo gustan las camionetas, también la potencia. Es por ello que los modelos más radicales de la empresa, los VZ, se convertirán en la principal opción de venta para los americanos. Coches con un diseño poderoso y un rendimiento igual o superior al de muchas unidades americanas. CUPRA cree tener hueco en el mercado yankee, aunque se piensa tomar con calma el desembarco.
No va a ser inmediato ni explosivo. Tal y como informan diferentes fuentes, CUPRA está pensando iniciar las ventas en 2030, a principios de la década siguiente, cuando su gama esté más consolidada e individualizada. Puede ser un momento de impás. Un momento en el que la más joven de las marcas del Grupo Volkswagen se convierta en la primera en reventar el mercado americano. Volkswagen lo ha intentado muchas veces en el pasado, pero nunca ha tenido el éxito esperado. De hecho, en su afán por americanizarse, la última jugada de los alemanes ha sido la de recuperar una marca clásica, Scout, reconvertida ahora en una firma de vehículos eléctricos.
Para no morir en el intento, CUPRA ya negocia con uno de los socios americanos más fuertes de la industria, Penske. Penske es mucho más que un gran equipo de carreras con ramificaciones en múltiples categorías. En el WEC son socios con Porsche. Penske es uno de los mayores grupos automovilísticos de Estados Unidos. Si bien no fabrica coches, sí los vende, y muchos millones al año. Es un poderoso socio al que arrimarse, aunque tal y como han comentado fuentes de CUPRA, la comercialización de productos se realizará en estados clave que estén alineados con la marca. A buen seguro, California será uno de esos estados. Una región marcada por el coche eléctrico y por otros modelos con enfoque deportivo.