Estamos en un momento clave en el que Europa y otros territorios como Estados Unidos buscan reducir la dependencia que tienen de China, que tiene en sus manos el control de la mayoría de elementos relacionados con el coche eléctrico.
Si bien sabemos que entre las firmas chinas BYD y CATL ostentan todavía más de un 70% de la producción de baterías para vehículos cero emisiones, lo cierto es que del país asiático también sale entre el 70 y el 80% de las tierras raras.
Dejar de depender tanto de Asia es prioridad

Un elemento clave para muchos sectores, y en el del automóvil eléctrico en concreto, porque los motores síncronos requieren de unos imanes permanentes que se fabrican con dichas tierras raras, que son difíciles de obtener.
Los imanes creados con este componente son los más potentes y efectivos actualmente en el mercado, pero son un reto en cuanto a seguridad económica por la dependencia que entre otros, tiene Europa.
De ahí la importancia del proyecto que el fabricante de motores para coches eléctricos ZS, junto a otros 19 socios europeos, tiene en marcha desde hace unos años. El objetivo de este trabajo es conseguir reutilizar las tierras raras de los imanes ya producidos, de forma que se pueda dar lugar a nuevos bloques sin emisiones.
Hay que entender que el rotor utiliza los imanes de forma que son atraídos por un campo magnético que es el que crea el movimiento giratorio mediante el que se consigue la energía. El problema es la dificultad de separar los imanes, pues se rompen y dan lugar a un polvo magnetizado y problemático a la hora de reutilizar.
El proyecto ha superado los retos a los que se enfrentaba

ZF, junto a sus socios, ha conseguido extraer un polvo no magnético y que se puede reutilizar, sin necesidad de quitar los imanes del rotor. Lo quiere decir que se ha logrado superar el reto inicial, y estas tierras raras se pueden reconvertir en imanes totalmente nuevos.
Y eso no es todo, sino que la energía que se necesita para fabricar los nuevos motores eléctricos representa apenas un 12% de la que hay que utilizar para tratar las tierras raras desde cero.
El motor de ZF, denominado HPMS, sería por tanto una alternativa óptima a los conocidos PMSM, pues tienen un rendimiento y dimensiones similares, por lo que se podrían sustituir por estos últimos.
Además, no hacen uso de escobillas, como sí en otros motores eléctricos menos generalizados en el sector y que no requieren de tierras raras para su construcción. En lugar de imanes permanentes, utilizan bobinados electromagnéticos, pero no son tan efectivos como los anteriores.